DE ESPAÑA

Felpudos antirobos y contra ausentismo laboral hacen invisible la seguridad

“Se necesitaba un sistema contra robos que fuese transparente para el cliente. Estaban cansados de las típicas barreras físicas antihurto que se colocan en la entrada de las tiendas. El comerciante no quería que sus clientes se sintiesen cohibidos, que pensasen que no se fían de ellos”, explicó Javier Muñoz, directivo de Tag Ingenieros, una empresa española que revoluciona el mundo de la seguridad en Europa gracias básicamente a una modificación de los habituales felpudos en el acceso de cualquier comercio.

Foto: elconfidencial.com

“Es una alfombra tipo felpudo, donde utilizamos etiquetas de identificación con radiofrecuencia: un sistema que detecta todo lo que pasa por encima, por ejemplo los productos registrados en el establecimiento”, añade, al tiempo de reconocer que lo que empezó como la inquietud de un cliente y se expande por España, ya está alcanzando mercados en Francia, Holanda, Alemania y Bélgica, por ejemplo.

“La verdad es que no hay competencia y estamos patentando el sistema”, añade el emprendedor, cuya tecnología está siendo negociada para adquirirla incluso desde el otro lado del Atlántico.

Lo que sirve para una cosa, puede servir para otra

Las alfombras tienen dos centímetros de espesor y se confunden con cualquier otra de su tipo que de la bienvenida al cliente. El desarrollo ha permitido que se mejoren las antenas –ya están en la tercera generación- con lo que el producto es más efectivo y nada pasa sin que se verifique.

Los principales clientes son las tiendas de más alto nivel –las de artículos lujosos- donde el control de personas si bien intenso, debe ser también sutil. “Es que no solamente sabe el comerciante qué le están robando, sino lo que le están robando”, sintetiza el empresario.

Pero lo que sirvió para una cosa ahora, parece avanzar hacia otra: las alfombras comienzan a ser empleadas por las empresas para detectar a funcionarios que salen o entran a deshoras, o que de algún modo registran su ingreso en el reloj de la compañía pero en realidad logran evadir el control.

Incluso los eventos, donde debe haber una asistencia regularizada porque el intenso tráfico se hace dificultoso, están beneficiándose con el sistema

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