Libro que se borra a medida que se va leyendo: desaparece en solo dos meses
La editorial argentina Eterna Cadencia, presentó el primer libro con una característica tan particular que bien podría convertirse en el acicate del futuro para evitar que la gente decaiga en sus lecturas, como una experiencia inusual que languidezca sin pena ni gloria.
“El Libro que no Puede Esperar”, es la forma conceptual en que se describe a los nuevos libros que, una vez abiertos, desaparecen aproximadamente a los sesenta días, reconvirtiéndose en simple papel blanco.
La fórmula hace que la tinta se degrade desde el momento en que entra en contacto con el aire y la luz, para desaparecer en unos dos meses: sus autores afirman que ello inevitablemente estimulará al lector a seguir adelante en un tiempo más o menos lógico antes de que no pueda ya saber de qué se trataba la obra.
Para evitar que el libro se comience a borrar antes de abrir su primera página, son puestos a la venta en envases al vacío.
Una idea tan filosófica como práctica
La primera puesta en pruebas de “El Libro que no puede Esperar”, ya tiene un título: “El futuro no es nuestro”, un compendio de escritores latinoamericanos de entre los 70´y los 80´ con textos que abarcan distintos géneros y temáticas.
Desde las ferias editoriales se entiende que el invento es más un tema de marketing, que apunta por otras vías además de la calidad literaria y de impresión para hallar compradores, que a un verdadero estímulo confirmable.
Hasta el momento no ha habido tiempo desde que salió a las librerías argentinas “El futuro no es nuestro”, como para saber si el público recibe con entusiasmo, o simplemente indiferencia, esta novedad. En un mundo que considera desde siempre a los textos algo sempiterno, la idea de tener que leer con urgencia algo antes que desaparezca bien podría ser no obstante un estímulo curioso.
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