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El primer avión solar comenzó su viaje a través de los Estados Unidos

Avión Solar Impulse
Avión Solar Impulse / AFP

El avión experimental suizo Solar Impulse, que funciona con energía solar, partió este viernes desde la base aérea de Moffett, cerca de San Francisco, California (oeste), dando inicio a la primera etapa de su largo viaje a través de Estados Unidos.

Solar Impulse, el primer y único avión solar, despegó a las 06H12 locales (13H12 GMT), en un dorado amanecer y con un cielo despejado, constató la AFP.

«Solar Impulse emprendió vuelo exitosamente de la Base de la Fuerza Aérea de Moffett», dijo un operador de la torre de control. «Ha sido un despegue perfecto», agregó.

En esta primera etapa hasta Phoenix, Arizona (suroeste), el revolucionario monoplaza es pilotado por el aventurero suizo Bertrand Piccard, uno de los impulsores de este proyecto de avión ecológico junto con André Borschberg, el otro piloto y cofundador de la iniciativa.

«No hay casi nada de viento», dijo Piccard cuando llevaba una hora de vuelo.

Cámaras en la cabina retransmiten en directo la travesía. Un tablero de control en la página web del proyecto (live.solarimpulse.com.) muestra también parámetros de vuelo en tiempo real, entre ellos la velocidad de la aeronave, su dirección, el nivel de la batería y la potencia de los motores.

Se espera que el Solar Impulse aterrice en Phoenix el sábado de madrugada después de 19 horas de vuelo.

La travesía hasta Nueva York será en cinco etapas por razones de seguridad, explicaron los dos aventureros, señalando que el avión podría técnicamente volar sin escalas, pero sólo puede tener un piloto a bordo.

Se necesitarían al menos tres días para cubrir la distancia a razón de 70 km/h, la velocidad de crucero de la aeronave de 1.600 kilos de fibra de carbono, con una envergadura de 63,4 metros equivalente a la de un Boeing 747.

Los pilotos están limitados a volar hasta un máximo de 24 horas, dijeron.

De San Francisco a Nueva York

Después de Phoenix, Arizona, donde el Solar Impulse tiene previsto aterrizar a la 01H00 del sábado, la próxima parada será Dallas-Fort Worth, Texas (sur). Luego irá a Atlanta (Georgia, sureste), Nashville (Tennessee, sur) y St. Louis (Misuri, sur).

La cuarta escala del Solar Impulse será en el aeropuerto de Dulles, cerca de Washington DC, a mediados de junio, para llegar finalmente en julio al aeropuerto Kennedy de Nueva York, el destino final.

La unidad permanecerá entre una semana y diez días en cada parada, donde el público podrá ver el avión y hacer preguntas a los pilotos y otros participantes en el proyecto. Eso permitirá que Piccard y Borschberg alternen el control de la aeronave y descansen entre los vuelos.

El objetivo es promover la tecnología de este avión que depende de 12.000 células fotovoltaicas para producir electricidad suficiente como para cargar su batería de litio de 400 kilos, necesaria para alimentar los cuatro motores eléctricos a hélice de 10 caballos de fuerza, tanto de día como de noche.

«Antes la exploración significaba conquistar el mundo, territorios, hoy en día la verdadera aventura es hacer el mundo más sostenible y encontrar soluciones con las tecnologías existentes», dijo a la AFP el jueves la portavoz de Solar Impulse, Alenka Zibetto.

El Solar Impulse, un proyecto iniciado hace diez años, realizó su primer vuelo en junio de 2009.

En 2010, el avión solar voló sin parar 26 horas para demostrar su capacidad de acumular energía suficiente durante el día para seguir volando en la noche.

Un año más tarde, el aparato hizo su primer vuelo internacional entre Bélgica y Francia, y en junio de 2012, el primer viaje transcontinental de 2.500 km entre Madrid, España, y Rabat, Marruecos, en 20 horas.

Piccard y Borschberg prevén dar la vuelta al mundo en 2015 con una versión mejorada de este dispositivo.

El aeroplano es particularmente sensible a las turbulencias y no tiene espacio para pasajeros, pero Piccard ha insistido en que esas cuestiones no son contratiempos, sino retos para el futuro.

El proyecto está diseñado para superar los límites de lo que es posible en la aviación mediante el uso de energías renovables en lugar de combustibles fósiles.

«Nuestro avión no está diseñado para el transporte de pasajeros, sino para llevar un mensaje», ha dicho Piccard, psiquiatra de profesión, nieto del físico Auguste Piccard, inventor del globo estratosférico, e hijo del oceanógrafo Jacques Piccard, quien desarrolló el batiscafo Trieste, con el batió en 1960 el récord de inmersión.

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