HOY SE RECUERDA EL HUNDIMIENTO DEL VAPOR, QUE DEJO UN TRAGICO SALDO DE ENTRE SESENTA Y CIEN MUERTOS

La tragedia del "Colombia" impidió inaugurar el puerto de Montevideo

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El gobierno de la época, presidido por Claudio Williman, había preparado varios actos públicos para celebrar la inauguración del Puerto de Montevideo, cuya piedra fundamental había sido colocada hacía ocho años. Para sumarse a estos festejos llegaron varios cientos de visitantes argentinos a participar de esa forma de un acontecimiento trascendental para la navegación en el Río de la Plata.

Arribaron a nuestra ciudad en los diversos barcos que cumplían la travesía Montevideo – Buenos Aires, haciéndolo algunos en el viejo y lento «Eolo» con sus gigantescas paletas, y otros en el «Colombia», con sus 254 pies de eslora, 8 de manga, y que llegaba a desplazar hasta 1.200 toneladas. Contaba con una tripulación de medio centenar de hombres y en sus últimos viajes lo comandaba el capitán, argentino Luis Bagno, que era un veterano de la navegación fluvial.

Amargo despertar

Los madrugadores del 24 de agosto de 1909 se encontraron con el comienzo de un día frío y brumoso, con vientos helados del sur. Mucha gente transitaba las calles de la Ciudad Vieja para sus tareas diarias y otras lo hacían rumbo al puerto con el fin de esperar la llegada del Colombia», que debía atracar a las 7 horas, trayendo a familiares y amigos. Sobre las 6 y 45 empezaron a correr los primeros rumores. Sobre el lado de la escollera Sarandí se había escuchado una fuerte explosión y varias personas afirmaban haber observado cómo el vapor alemán «Shelesien» que terminaba de zarpar rumbo a la ciudad de Bahía Blanca había embestido al Colombia» y éste se había hundido en contados minutos.

Diarios de la época señalan: «Exactamente a las 6 y 35 se produjo el impacto. La afilada y alta proa de acero del barco alemán penetró hasta la mitad de la cubierta del «Colombia», en el medio del compartimiento de mujeres, destrozando cubierta y camarotes. Pasajeros y tripulantes comenzaron a correr, observar horrorizados y vivir el pánico de todo lo que allí se desató en segundos, sin alcanzar a comprender qué los había empujado a esa situación. El «Colombia», comenzó a inundarse por el enorme boquete abierto, empezó a inclinarse y en menos de diez minutos desapareció de la superficie, quedando visibles los dos mástiles y la chimenea.

Los primeros auxilios

«Los primeros en llegar al vapor siniestrado fueron los tripulantes del buque ‘Toro’ y luego se sumarían el ‘Lavalleja’ que logró salvar a quince personas.

La lancha ‘Artigas’ rescató a 11 pasajeros y al capitán del ‘Colombia’, Luis Bagno, que se encontraba herido. También concurrieron las lanchas y los remolcadores de la famosa empresa Lussich.

Dos botes salvavidas y una lancha del crucero inglés ‘Amethyst’, amarrada en el puerto, se acercaron a colaborar al mando del jefe de esta unidad, Comodoro Webb, llevando a bordo al médico de este buque y varios enfermeros. Luego llegarían varios más, quienes salieron de sus muros de atraque para rescatar a sobrevivientes, cadáveres y objetos que flotaban», según lo relatado por cronistas de la época.

Las víctimas

Sobre media mañana, miles de montevideanos se reunieron en distintos puntos del puerto y en especial sobre la escollera Sarandí para observar el desarrollo de todo lo que allí acontecía.

En el «Colombia» viajaban alrededor de 115 pasajeros, de los cuales se contabilizaban 65 entre mujeres y niños y 48 tripulantes. La precisión exacta del número de pasajeros era imposible de hacer, ya que en aquellos años era común que muchos adquirieran los pasajes arriba del buque y no en las oficinas de las compañías navieras.

El diario «La Razón» informó que fueron alrededor de sesenta los muertos y desaparecidos. Es de hacer notar que algunos cadáveres fueron rescatados a la altura de la playa de Carrasco, llevados por la corriente. Otros diarios afirman que los muertos llegaron al centenar.

Las versiones del choque

Unos días después del accidente, el capitán del «Colombia» manifestó a las autoridades del Puerto de Montevideo que al producirse la colisión se encontraba en el puente de mando dirigiendo las maniobras de entrada. Que no había notado que alguno de los vapores, que estaban en el antepuerto se encontrara en movimiento y que cuando ya estaba en la boca del canal de entrada aproximándose a la escollera, observó que se le venía encima un vapor de gran tonelaje. Que no pudiendo hacer otra maniobra detuvo la máquina, pero que el otro vapor siguió avanzando embistiendo al «Colombia» por el costado de babor, entre la chimenea y el palo trinquete, con tanta violencia que lo cortó hasta la mitad de la manga. Acusó al buque alemán de no prestar auxilio, al no arrojar cabos, ni salvavidas, sino que dio marcha atrás, yendo a fondear nuevamente en el antepuerto. Por su parte el capitán del «Shelesien», alegó que cuando vio acercarse al «Colombia» efectuó dos pitadas cortas y puso el timón a babor; repitió la señal ya que no recibió contestación y el otro buque continuó su marcha. «Al encontrarse cerca nuestro, el ‘Colombia’ dio timón a babor para intentar pasar entre nosotros y la escollera, para cambiar luego el rumbo en dirección a estribor, yo di marcha atrás, indicando esta maniobra con tres pitadas, pero ya era inevitable el choque», afirmó en sus declaraciones. *

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