Tuberculosis

OMS busca sensibilizar sobre la enfermedad infecciosa más mortífera: la Tuberculosis

En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebra el 24 de marzo de cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) procura “sensibilizar a la población y mejorar su conocimiento sobre la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo”.

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Bajo  la consigna de este año: “Es hora de actuar. Pon fin a la tuberculosis”, la OMS procura incrementar la concientización pública sobre las devastadoras consecuencias, sociales y económicas de la tuberculosis (TB) en quienes padecen esta enfermedad prevenible y curable.

En dicho marco, se invita a “intensificar los esfuerzos dirigidos a poner fin a la epidemia mundial de Tuberculosis”.

Nuevas recomendaciones

La OMS emitió una serie de nuevas recomendaciones para “prevenir la Tuberculosis y salvar millones de vidas”.

De acuerdo al organismo, las nuevas orientaciones “ayudarán a acelerar los esfuerzos de los países para impedir que las personas infectadas por la Tuberculosis (TB) desarrollen la enfermedad, gracias a la administración de un tratamiento preventivo.

Una cuarta parte de la población infectada

La OMS estima que “una cuarta parte de la población mundial está infectada por el bacilo de la TB. Estas personas no están enfermas ni son contagiosas. Sin embargo, corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de la TB, especialmente aquellas que tienen un sistema inmunitario debilitado”.

Por tal motivo, ofrecerles un tratamiento preventivo frente a la TB “no solo servirá para protegerlas de la enfermedad, sino que también reducirá el riesgo de transmisión comunitaria”.

Enfermedad infecciosa más mortífera

La OMS remarca que la Tuberculosis continúa siendo la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo.

En 2018, cerca de 10 millones de personas enfermaron de Tuberculosis en todo el mundo y 1.5 millones de personas perdieron la vida a causa de esta enfermedad, recordó el organismo.

En dicho marco, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, expresó que el coronavirus COVID-19 “está demostrando hasta qué punto pueden ser vulnerables las personas con enfermedades pulmonares y sistemas inmunitarios debilitados”.

“El mundo se ha comprometido a acabar con la tuberculosis para 2030, mejorar la prevención es la clave para que esto ocurra. Es necesario que millones de personas puedan recibir tratamiento preventivo contra la tuberculosis para detener la aparición de la enfermedad, evitar sufrimientos y salvar vidas”, expresó Tedros Adhanom.

Remarcó también la importancia de “dar continuidad a los esfuerzos relacionados con problemas de salud de larga data, como la tuberculosis, durante brotes de alcance mundial como el causado por la COVID-19”.

Dijo que, Aal mismo tiempo, los programas ya existentes para combatir la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas importantes “pueden aprovecharse para mejorar la eficacia y la rapidez de la respuesta a la COVID-19”.

Aunque se han realizado algunos avances hacia el logro de los objetivos que se fijaron en la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Tuberculosis, celebrada en 2018, se ha prestado poca atención al tratamiento preventivo de la enfermedad, lamentó la OMS en un comunicado.

También advirtió que los dirigentes mundiales “se comprometieron a garantizar el acceso al tratamiento preventivo de la Tuberculosis, para el año 2022, a un mínimo de 24 millones de contactos de personas con Tuberculosis activa y a seis millones de personas con VIH”.

Hasta la fecha “sólo se ha alcanzado una mínima parte de esa meta: en 2018 los países habían administrado el tratamiento preventivo de la Tuberculosis a menos de 430.000 contactos y a 1.8 millones de personas”.

En tal sentido, “la Tuberculosis sigue siendo la principal causa de muerte entre las personas con VIH. El tratamiento preventivo de la Tuberculosis actúa de forma sinérgica con la terapia antirretroviral para prevenirla y salvar vidas”.

Tratamiento preventivo

Gobiernos, servicios de salud, asociados, donantes y sociedad civil “deberán redoblar sus esfuerzos para aumentar el acceso al tratamiento preventivo de la Tuberculosis hasta los niveles previstos”.

Las nuevas directrices unificadas recomiendan una serie de enfoques innovadores para ampliar el acceso al tratamiento preventivo de la enfermedad:

En tal sentido, la OMS recomienda “ampliar la aplicación del tratamiento preventivo entre las poblaciones de mayor riesgo, como los contactos domésticos de los pacientes con Tuberculosis, las personas con VIH y otras personas en situación de riesgo por tener una inmunidad ‘reducida’ o vivir en condiciones de hacinamiento”.

Asimismo, la OMS pide “integrar los servicios de tratamiento preventivo de la Tuberculosis en las actividades actuales de detección de casos de Tuberculosis activa”.

Se recomienda que “todos los contactos domésticos de los pacientes con Tuberculosis y las personas con VIH se sometan a pruebas de detección de la Tuberculosis activa. Si se descarta la Tuberculosis activa, se debe iniciar el tratamiento preventivo de la Tuberculosis”.

Asimismo, plantea efectuar una “prueba cutánea de la tuberculina o un análisis de liberación de interferón gamma  para detectar la infección por Tuberculosis”.

Asegura que ambas pruebas son útiles para “detectar a las personas que tienen más probabilidades de beneficiarse del tratamiento preventivo de la Tuberculosis, pero no deben convertirse en una barrera para ampliar el acceso. La prueba de la infección por Tuberculosis no es necesaria antes de iniciar el tratamiento preventivo de la Tuberculosis en personas con VIH y en niños menores de cinco años que estén en contacto con personas con Tuberculosis activa”.

El organismo de la Salud recomienda “opciones nuevas y más cortas de tratamiento preventivo, además de la muy utilizada profilaxis diaria con isoniazida durante seis meses”.

Las alternativas más cortas que se recomiendan actualmente incluyen “la administración diaria de rifapentina en combinación con isoniazida durante un mes; la administración semanal de rifapentina en combinación con isoniazida durante tres meses; la administración diaria de rifampicina en combinación con isoniazida durante tres meses; o la administración diaria de rifampicina durante cuatro meses”.

“Al mismo tiempo que personas de todo el mundo se reúnen para conmemorar el Día Mundial de la Tuberculosis, la OMS hace un llamamiento a los gobiernos, las comunidades afectadas, las organizaciones de la sociedad civil, los proveedores de atención sanitaria, los donantes, los asociados y la industria para que unan sus fuerzas e intensifiquen la respuesta a la Tuberculosis -especialmente en relación con el tratamiento preventivo de la enfermedad- a fin de garantizar que nadie se quede atrás”, manifestó la Dra. Tereza Kasaeva, directora del Programa Mundial contra la Tuberculosis de la OMS.

“Las nuevas orientaciones de la OMS muestran el camino a seguir para que millones de personas puedan acceder rápidamente a nuevos instrumentos y a opciones más cortas y seguras para el tratamiento preventivo. El momento de actuar es ahora”, sentenció.

De acuerdo al comunicado de la OMS: “El tratamiento preventivo de la Tuberculosis es una intervención asequible que puede evitar que las familias caigan en la pobreza y preservar de este modo la salud y la economía de comunidades enteras”.

A medida que lleguen al mercado medicamentos nuevos y más seguros, y a precios cada vez más bajos, la OMS prevé que “se convierta en una forma muy eficaz en relación con el costo de salvar millones de vidas”. (Informe de OMS).

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