ANTIVACUNAS

Filipinas lucha contra uno de los peores brotes de sarampión del mundo

El brote se agravó tanto en la capital Manila como en ciudades del interior del país. Los responsables son, otra vez, los antivacunas.

En el Centro de Salud Aquino, en el barrio de Baseco, Manila, las madres registran a sus niños para vacunas y revisiones. Foto cortesía de Jason Beaubien / NPR
En el Centro de Salud Aquino, en el barrio de Baseco, Manila, las madres registran a sus niños para vacunas y revisiones. Foto cortesía de Jason Beaubien / NPR

En el Hospital San Lázaro, de Manilas, las camillas no abasto en el área de pediatría. Se han tenido que instalar algunas improvisadas en patios, estacionamientos, pasillos y otros lugares del recinto para poder hacer frente a uno de los peores brotes de sarampión del mundo.

«Esta sala solo recibiría a 50 pacientes», dice el doctor Ferdinand de Guzmán, jefe de medicina familiar del hospital. «Pero en el pico del brote habían 300 pacientes por sala», agrega

En febrero, durante el momento crítico del brote que aún no cesa, había hasta tres pacientes por cama, explica de Guzmán. Muchos de ellos estaban siendo tratados por las complicaciones que la enfermedad puede traer.

«Tuvimos que limitar las admisiones por otras enfermedades y solo admitir casos de sarampión», explica.

Reaparición del sarampión en el mundo

Hace unos 15 años, Filipinas estuvo muy cerca de declarar el sarampión como una enfermedad erradicada, pero el virus ha regresado con más fuerza que en los peores años.

El país asiático enfrenta uno de los peores brotes del mundo: ya se contabilizan más de 33000 casos y 466 muertes por la enfermedad prevenible por vacunación.

Como era de intuir, el brote se debe a la desconfianza de las personas en las vacunas, así como a la disminución de las tasas de inmunización infantil de rutina en esta nación insular de 104 millones de habitantes.

El gobierno ha lanzado una campaña de vacunación nacional, y ya se han logrado inocular a 5.5 millones de personas, en su mayoría niños. Las autoridades de Salud esperan lograr vacunar a otros 15 millones para finales de setiembre.

En los países de altos ingresos donde los pacientes de sarampión reciben atención médica rápidamente, las muertes por la enfermedad son raras. Pero en Filipinas y otras partes menos ricas del mundo, el sarampión sigue siendo potencialmente fatal. Además de los cientos de niños que han muerto desde enero en Filipinas, el sarampión también ha cobrado más de mil vidas este año en Madagascar.

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