SALUD MENTAL

Una de cada cinco personas en zonas en conflicto presenta problemas de salud mental

"Todos los países tienen la obligación de invertir en salud mental. Pero es particularmente importante en las poblaciones afectadas por conflictos donde la tasa de salud mental es más del doble que la de la población general", dijo un experto de la OMS.

Una de cada cinco personas en zonas en conflicto presenta problemas de salud mental
Una de cada cinco personas en zonas en conflicto presenta problemas de salud mental

Vivir en una zona de conflicto no solo expone a las personas a sufrir heridas, mutilaciones o incluso la muerte, sino que también afecta la salud mental.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas que viven en zonas de guerra sufre de alguna enfermedad mental, como depresión, ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia o estrés traumático.

Un nuevo estudio basado en un extenso análisis de 129 estudios, con datos de 39 países, demuestra que la cantidad de individuos que sufren de enfermedades mentales en territorios afectados por la guerra es significativamente mayor que las que pueda experimentar una población en tiempos de paz, cuando solo una de cada 14 personas confronta ese tipo de trastornos.

Según los datos de la OMS el 22% de las personas que viven en zonas de conflicto presenta depresión, ansiedad, desorden de estrés post-traumático, desorden bipolar o esquizofrenia, mientras que el 9% tiene un problema mental de carácter moderado a severo.

Estimaciones de la ONU señalan que en el presente año unos 132 millones de personas de 42 países necesitarán asistencia humanitaria como resultado de conflictos bélicos u otros desastres.

De ellas, casi 69 millones se han visto desplazadas de manera forzada por diversas formas de violencia y conflicto. En naciones como Siria, Irak, Afganistán, Yemen, Nigeria y Somalia, hay crisis humanitarias provocadas por la guerra.

Invertir en salud mental

Los investigadores resaltaron que «dado el gran número de personas que necesitan apoyo, y el imperativo humanitario de reducir el sufrimiento, existe la necesidad urgente de aplicar amplias intervenciones de salud mental para hacer frente a esta problema».

Los especialistas también encontraron que las tasas de prevalencia de depresión y ansiedad en zonas en conflicto aumentan con la edad de las personas, y que la depresión es más común entre las mujeres que entre los hombres.

Mark van Ommeren, uno de los autores del estudio y miembro del Departamento de Salud Mental de la OMS dijo que «las nuevas estimaciones, junto con herramientas prácticas ya disponibles para ayudar a personas con problemas de salud mental en emergencias, añaden más peso al argumento a favor de una inversión inmediata y sostenida, con el fin de que el apoyo mental y psicológico esté disponible para todas las personas que lo necesitan durante el conflicto y después del mismo».

En ese sentido destacó que «pese a sus trágicas consecuencias, cuando existe la voluntad política, las emergencias pueden ser catalizadores para forjar servicios de salud mental de calidad y sostenibles que sigan ayudando a las personas a largo plazo».

«Todos los países tienen la obligación de invertir en salud mental. Pero es particularmente importante en las poblaciones afectadas por conflictos donde la tasa de salud mental es más del doble que la de la población general», agregó.

El trabajo fue publicado en la revista científica ‘The Lancet’ esta semana.

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