ETIQUETADO

Las etiquetas alimentarias podrían salvarte la vida. Literalmente

Las etiquetas de los alimentos envasados son necesarias para que sepas qué contienen, cuál es su fecha de caducidad y otros datos relevantes que podrían mantenerte saludable y, en el más complejo de los casos, salvarte la vida.

Foto: Carlos Loría - LARED21
Foto: Carlos Loría – LARED21

Como consumidores de productos industriales, damos por sentado que las etiquetas están ahí por defecto. Pero ¿cuántas veces lees lo que dicen estos importantes avisos?

Suelen contener información como fecha de envasado y caducidad, valores nutricionales, ingredientes, alertas de alergénicos y hasta de ingredientes transgénicos.

Ante un panorama de comercio internacional, cada vez más accedemos a productos que vienen de países muy lejanos y que han sido envasados hace mucho tiempo. Por eso es importante leer las etiquetas alimenticias, porque en ellas se puede determinar el estado del contenido del envase y, además, qué ingredientes han sido agregados para mantener su integridad con el paso del tiempo.

Las etiquetas nutricionales tienen información sumamente importante. Foto: Carlos Loría - LARED21
Las etiquetas nutricionales tienen información sumamente importante. Foto: Carlos Loría – LARED21

Los beneficios de las etiquetas

Estas son seis recomendaciones de la organización Diálogos Hambre Cero de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación – FAO, en relación al uso correcto de las etiquetas nutricionales:

1. Nos ayudan a estar sanos: Las etiquetas le ayudan a comprender la composición de sus alimentos: sus vitaminas, minerales, calorías, grasas, etc. Esta información es fundamental para asegurarnos de estar consumiendo alimentos que son buenos para nosotros. Con las etiquetas, podemos controlar nuestra ingesta de micronutrientes para evitar deficiencias, en especial las más comunes, como son la falta de hierro y vitamina D. Puedes controlar tu peso consultando las calorías y las grasas saturadas, limitar la ingesta de azúcar y sal y asegurarte de que estás siguiendo una dieta equilibrada. Todas estas medidas pueden ayudar a prevenir enfermedades, como la diabetes y ciertos tipos de enfermedades cardíacas.

2. Nos mantienen a salvo: Cada año, más de 600 millones de personas enferman y 420.000 mueren como resultado de comer alimentos contaminados con bacterias, virus, parásitos, toxinas y sustancias químicas. Las etiquetas incorporan advertencias e información importante sobre las formas de usar un producto (por ejemplo, instrucciones de almacenamiento y cocinado), que son necesarias para garantizar la inocuidad de los alimentos.

3. Nos ayudan a evitar  comprar productos falsificados: La prevención del fraude es uno de los principales objetivos del etiquetado de los alimentos. Sin etiquetas con garantía internacional, los vendedores podrían engañar deliberadamente a los consumidores a través de una descripción falsa en el envase. Cuando compras chocolate, quieres estar seguro de que sea chocolate, o si es pescado, que se trate realmente del pescado indicado en la etiqueta.

4. Nos ayudan a detectar ingredientes que podrían causarte reacciones perjudiciales: Las reacciones alérgicas a los alimentos afectan al 10-25% de la población en los países desarrollados. Entre los alimentos alergénicos más comunes figuran el maní, la soja, la leche, los huevos, el pescado, los crustáceos, el trigo y los frutos secos. Si no conoces los ingredientes de un producto, puedes comer algo que te cause una reacción alérgica, que en algunos casos son muy graves. Las etiquetas de los alimentos te permiten saber qué debes evitar.

5. Nos ayudan a evitar el desperdicio de alimentos: La etiqueta alimentaria – ¡cuando se lee correctamente! – puede impedir el descarte de alimentos en buen estado. La indicación de la fecha en las etiquetas permite saber durante cuánto tiempo es seguro consumir un producto. Es importante para evitar caer enfermo por culpa de alimentos caducados. Sin embargo, también es cierto que confundir las fechas “de consumo preferente” y “fecha de caducidad” puede generar un mayor desperdicio de alimentos. En la UE, cerca del 10% de este desperdicio está relacionado con la indicación de la fecha. Educar a los consumidores y a los actores de la cadena de suministro puede ayudar a prevenir este despilfarro y mantener el objetivo de la indicación de la fecha de asegurar que los alimentos sean inocuos para comer.

5. Nos invitan a apoyar a los productores locales de alimentos : Ciertas etiquetas que indican el origen del alimento, por ejemplo, el Café de Colombia, el queso manchego (España), el té de Darjeeling (India) o el café Kona (Hawái, EEUU), pueden llamar la atención del cliente y aportar más valor al producto y, por lo tanto, al productor. Los consumidores tienden a identificar los productos típicos y locales con un lugar específico y atribuyen características, como sabor y calidad, a lugares geográficos. En un estudio realizado por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y la FAO, nueve productos con etiquetas de indicación geográfica lograban incrementar su precio final entre un 20% y un 50%. Hoy en día, los consumidores vinculan cada vez más la calidad con los orígenes geográficos y las tradiciones.

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