PROBLEMA DE PESO

Nuevo estudio se suma a la creciente evidencia de que la obesidad causa depresión

Los efectos psicológicos de ser obeso pueden causar depresión incluso en ausencia de otros problemas de salud relacionados con el peso, según una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Australia del Sur y la Universidad de Exeter en el Reino Unido.

Foto: Pixabay
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Durante mucho tiempo ha habido un vínculo entre la obesidad y la depresión, pero, como señalan los autores del nuevo estudio en su artículo, «la relación causal entre la obesidad y la depresión es compleja e incierta».

Ahora, al publicar su trabajo en el International Journal of Epidemiology, el equipo ha encontraron evidencia de que un índice de masa corporal (IMC) más alto puede causar, al menos en parte, depresión.

Tomando un enfoque genético para probar la relación entre el sobrepeso y la depresión, los investigadores obtuvieron datos del Biobank del Reino Unido, una base de datos que abarca un total de 500.000 personas, y de ahí escogieron a unas 48.000 personas que cumplieron con los criterios para estar deprimidos como se caracteriza por los registros del hospital o los autoinformes.

Luego analizaron 73 variantes genéticas relacionadas con un IMC alto, pero también asociadas con otras enfermedades, como enfermedades cardíacas y diabetes. Para estos rasgos genéticos, el riesgo de depresión aumentó y podría explicarse por mecanismos biológicos o psicológicos.

Además, el equipo examinó otras 14 variantes genéticas que están relacionadas con un alto porcentaje de grasa corporal pero que no están asociadas con otros problemas de salud. Descubrieron que estas variantes también estaban relacionadas con la depresión y que esta depresión solo podía explicarse por mecanismos psicológicos.

Obesidad y salud mental

«Separamos el componente psicológico de la obesidad del impacto de los problemas de salud relacionados con la obesidad mediante el uso de genes asociados con un índice de masa corporal (IMC) más alto, pero con un menor riesgo de enfermedades como la diabetes», dijo la autora del estudio, Elina Hypponen, en un comunicado.

Esto puede sonar muy complicado porque, efectivamente, lo es. Los datos provienen de personas nacidas en el Reino Unido entre 1938 y 1971 y se desconoce si los mismos resultados se aplican a personas más jóvenes o nacidas en otros lugares. Además, los autores señalan que en algunos casos los pacientes proporcionaron ellos mismos los datos sin la intervención de un profesional de la salud.

«La actual epidemia mundial de obesidad es muy preocupante», dijeron los científicos. «Junto con la depresión, se estima que los dos cuestan a la comunidad global billones de dólares cada año», concluyeron.

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