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Un estilo de vida sedentario podría ser malo para tu cerebro

La vida sedentaria es la norma para muchos hoy en día. Trabajadores de oficina, chóferes y otras personas se pasan sentados la mayor parte del día, y eso podría tener consecuencias para su salud física y mental.

Foto: Pixabay
Foto: Pixabay

Muchos puestos de trabajo requieren estar sentados frente a una computadora la mayor parte del día, y muchos de nosotros nos gusta pasar las tardes y los fines de semana descansando en el sofá frente al televisor o leyendo un buen libro.

Parece bastante intuitivo que permanecer sentado durante largos períodos de tiempo no favorece la buena salud: puede causar problemas como aumento de la presión arterial, obesidad, complicaciones cardiovasculares, niveles altos de colesterol e incluso ponerlo en mayor riesgo de cáncer, según la Clínica Mayo de EE.UU.

Los estudios han demostrado que estar sin actividad física alguna durante un período prolongado de tiempo también puede empeorar la ansiedad.

Cerebro sedentario

Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores de Liverpool John Moores University en Inglaterra, ha demostrado que permanecer sentado por mucho tiempo podría ser perjudicial para la salud de su cerebro, informa The New York Times.

El problema real es que mantenerse sedentario por períodos de tiempo prolongados disminuye el flujo sanguíneo al cerebro.

Nuestra sangre contiene el oxígeno y los nutrientes necesarios para una función cerebral saludable. La disminución del flujo sanguíneo significa que el cerebro no obtiene el oxígeno y los nutrientes que necesita para funcionar correctamente.

Cuando el oxígeno no puede llegar al cerebro, las habilidades cognitivas se vuelven malas y lentas. La memoria también puede verse afectada negativamente si el cerebro no recibe la oxigenación correcta.

En el estudio participaron 15 oficinistas hombres y 15 mujeres, el cual se llevó a cabo en tres ocasiones y escenarios diferentes.

Se midieron los niveles de oxígeno en el cerebro de los participantes.

No fue una sorpresa que el flujo de sangre al cerebro disminuyera después de cuatro horas de estar sentado sin interrupción constante.

En el escenario en el que los participantes tomaron un descanso después de dos horas, los niveles de flujo sanguíneo también disminuyeron. Los niveles de flujo sanguíneo aumentaron durante el descanso para caminar, sin embargo, los niveles bajaron una vez que los participantes volvieron a sus escritorios, y fueron más bajos que cuando comenzaron cada sesión.

 

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