SUGERENCIA

Estudio sugiere que sentir rabia, ira u odio puede hacernos más felices

Un nuevo estudio publicado en la American Psychological Association sugiere que las emociones negativas pueden conducir a una mayor felicidad en general.

Estudio: sentir rabia, ira u odio puede hacernos más felices. Foto: Pixabay
Estudio: sentir rabia, ira u odio puede hacernos más felices. Foto: Pixabay

Las personas se sienten más felices cuando experimentan las emociones que desean, incluso si esas emociones son negativas, como la ira o el odio, señala un nuevo estudio publicado en la American Psychological Association y llevado a cabo por científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

«La felicidad es algo más que simplemente sentir placer y evitar el dolor; consiste en tener experiencias que sean significativas y valiosas, incluidas todas las emociones ya que éstas pueden ser positivas en algunos contextos y negativas en otros, independientemente de si son agradables o desagradables”, explicó la líder del estudio, Maya Tamir.

El estudió se basó en entrevistas a 2.324 voluntarios en ocho países: Estados Unidos, Brasil, China, Alemania, Ghana, Israel, Polonia y Singapur.

A los participantes se les preguntó qué emociones deseaban, qué emociones realmente sentían, si estaban satisfechos con su vida y si experimentaban síntomas depresivos.

Resultados y observaciones

Como resultado encontraron que los participantes en general querían experimentar emociones más agradables y menos emociones desagradables de lo que sentían en sus vidas, pero no siempre: un 11% de los voluntarios quería sentir menos emociones como el amor y la empatía, y el 10% no estaba en desacuerdo con experimentar sensaciones como la ira y el odio.

«Si una persona no siente rabia cuando lee sobre un caso de abuso infantil, pensará que debería estar sintiendo eso en ese momento y deseará experimentar esa sensación en esa clase de ocasiones», ejemplificó Tamir.

La científica también plantea como ejemplo el caso de una mujer que quiere dejar a una pareja violenta, pero no se siente capaz de hacerlo. Ella podría considerar que sería más feliz si lo amara menos.

El estudio también encontró que las personas que experimentaron las emociones que deseaban, sin importar que fueran positivas o no, estaban más satisfechos con la vida y tenían menos síntomas depresivos.

De todas maneras Tamir aclaró que los resultados de su estudio no aplican a personas diagnosticadas con depresión. «Esas personas quieren sentirse más tristes y menos felices que el resto», explicó.

Para este trabajo los investigadores solo tuvieron en cuenta las emociones negativas que se potencian a sí mismas: odio, hostilidad, ira y desprecio. Tamir adelantó que en próximas investigaciones pretenden también analizar otras como el miedo, la culpabilidad, la tristeza o la vergüenza.

Según los autores el estudio puede arrojar algo de luz sobre las expectativas poco realistas que muchas personas tienen sobre sus propios sentimientos, aunque advirtieron que se requiere de más investigación para comprobar si experimentar las emociones deseadas genera felicidad o si simplemente se les asocia con ella.

“En las culturas occidentales, la gente quiere sentirse muy bien todo el tiempo; incluso si se sienten bien la mayoría del tiempo, piensan que deberían sentirse mejor, lo que en general crea un efecto contraproducente, haciéndoles menos felices”, concluyó Tamir.

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