SALUD MENTAL

La soledad y el aislamiento social pueden ser tan dañinos como la obesidad

Estudio alerta que el impacto de la soledad o el aislamiento social sobre la mortalidad prematura es similar al de la obesidad.

La soledad puede ser tan dañina como la obesidad. Foto: Pixabay
La soledad puede ser tan dañina como la obesidad. Foto: Pixabay

La obesidad se ha convertido en un importante problema de salud pública mundial que afecta a un gran porcentaje de la población global. Los programas de salud y políticas de los distintos gobiernos hacen cada vez más hincapié en esta problemática que es consecuencia de diversos factores: mala alimentación, sedentarismo y genética.

Sin embargo no se tienen tan en cuenta otros problemas como la soledad o el aislamiento social que, según un nuevo estudio de la Universidad de Brigham Young en Utah (EE. UU.), serían tan peligrosos para la salud como la obesidad.

Los resultados obtenidos en dos metaanálisis advierten que la soledad y el aislamiento social pueden aumentar el riesgo de muerte prematura hasta en un 50%. La información fue presentada durante congreso anual de la Asociación Americana de Psicología (APA) de este año.

Los investigadores hacen una diferenciación entre la soledad y el aislamiento social, dos términos que se utilizan a menudo indistintamente: el aislamiento social se define como la falta de contacto con otros individuos, mientras que la soledad es la sensación de uno mismo de sentirse emocionalmente desconectado de los demás.

Partiendo de investigaciones anteriores, que señalan que la soledad puede estar relacionada con la enfermedad de Alzheimer y el aislamiento social con una menor supervivencia de pacientes con cáncer de mama, los investigadores buscaron determinar de qué forma influían en el riesgo de muerte prematura.

El análisis

A través de dos metaanálisis los expertos analizaron el vínculo entre la soledad, el aislamiento social y la mortalidad.

El primer metaanálisis incluyó los datos de más de 300.000 adultos en 148 estudios y reveló que el riesgo de muerte prematura era un 50% menor para los adultos con una mayor conexión con otras personas, en comparación con los que estaban socialmente aislados.

El segundo metaanálisis incluyó 70 estudios con más de 3,4 millones de adultos. A raíz de los datos obtenidos los investigadores observaron que la soledad, el aislamiento social y el hecho de vivir solo estaban asociados con un mayor riesgo de muerte prematura.

Según los investigadores el estudio mostró que el riesgo de muerte temprana asociado con soledad, aislamiento social y vivir solo era igual o mayor que el riesgo de muerte prematura asociado con la obesidad y otras condiciones de salud importantes.

«Relacionarse es una necesidad humana básica»

«Hay evidencia sólida de que el aislamiento social y la soledad aumentan significativamente el riesgo de mortalidad prematura y la magnitud del riesgo supera la de muchos indicadores de salud líderes», explicó Julianne Holt-Lunstad, líder del trabajo.

Para Holt.Lunstad los hallazgos de su estudio son particularmente preocupantes dado que el envejecimiento de la población está aumentando. «De hecho, muchas naciones alrededor del mundo ahora sugieren que nos estamos enfrentando a una epidemia de soledad», alertó.

A su vez destacó que “relacionarse con otras personas socialmente se considera una necesidad humana básica, crucial para el bienestar y la supervivencia”. En ese sentido alertó que no es casual que bebés que carecen de contacto humano fallezcan o que el aislamiento sea usado como forma de castigo.

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