Un compuesto del té verde podría ser efectivo contra el deterioro cognitivo y la obesidad

Un nuevo estudio, realizado por el Colegio de Ciencia e Ingeniería de Alimentos de la Universidad Northwest A & F en China, encontró que el té verde – una de las bebidas más consumidas en todo el mundo- podría ayudar a combatir el deterioro cognitivo y la obesidad, gracias a uno de sus compuestos: el galato de epigalocatequina (EGCG).

Según el estudio el consumo de té verde podría ayudar a proteger el organismo contra los daños de una dieta occidental, generalmente rica en carnes rojas y procesadas, grasas saturadas, azúcares y carbohidratos refinados, y baja en frutas, verduras y granos enteros.

Para su trabajo los investigadores llevaron a cabo un experimento con ratones, a quienes dividieron en tres grupos: cada grupo fue sometido a una dieta diferente durante 16 semanas. El primero fue alimentado con una dieta rica en grasas y alta en fructosa; el segundo grupo fue alimentado con la misma dieta pero añadiéndole 2 gramos del compuesto EGCG a cada litro de agua potable y el tercero se alimentó con una dieta estándar como grupo de control.

Hallazgos

Transcurridas las 16 semanas los expertos encontraron que quienes consumieron la dieta con el compuesto EGCG redujeron el desarrollo de resistencia a la insulina, la niveles de obesidad y el deterioro de la memoria.

Por ejemplo los ratones del primer grupo aumentaron mucho más de peso que el grupo de control, algo que no fue tan elevado en el segundo grupo que consumió la misma dieta que el primero pero con el compuesto de té verde.

Los ratones del grupo del té verde también presentaron menos probabilidades de experimentar resistencia a la insulina en respuesta a este tipo de dieta.

Mientras que en las pruebas de laberinto acuático de Morris, los ratones alimentados con el compuesto de té verde encontraron mucho más rápido la plataforma de escape que el resto de ratones, y también escogieron el camino más corto para localizar la salida. Ese y otros experimentos similares reforzaron la hipótesis de que el compuesto EGCG también podría favorecer a la memoria y proteger el cerebro.

Los autores de la investigación destacaron la importancia de sus hallazgos al tiempo que recordaron que son necesarios ensayos en humanos para confirmar los beneficios del té verde en la dieta occidental.