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Retiros espirituales tienen efectos neurofisiológicos positivos

Un estudio científico encontró que la experiencia de un retiro espiritual de siete días genera un impacto positivo en la dopamina del cerebro y en la función de la serotonina.

Retiros espirituales tienen efectos neurofisiológicos positivos.
Retiros espirituales tienen efectos neurofisiológicos positivos.

La meditación se ha convertido en una de las grandes armas contra el estrés, la ansiedad y otros males comunes de nuestra época por sus beneficios para la salud, mental y física.

Ahora la ciencia quiso comprobar los efectos que tienen para las personas los retiros espirituales. Cada vez es más recuente que las personas acudan a éstos, independientemente de las creencias religiosas que se tengan, como una forma de escapar de lo abrumador del día a día en la ciudad, rodeados de tecnología, y poder reencontrarse con uno mismo.

Un grupo de científicos de la Universidad Thomas Jefferson indafó sobre los efectos neurofisiológicos de dichos retiros.

El estudio fue dirigido por Andrew B. Newberg, MD, Director de Investigación en el Instituto Marcus de Salud Integral quien explicó tras el trabajo: “Nuestro estudio muestra cambios significativos en los transportadores de dopamina y serotonina después del retiro de siete días, lo que podría explicar los beneficios reportados por los participantes de las experiencias espirituales.”

El trabajo

Los científicos realizaron un análisis a 14 individuos, en edades comprendidas entre 24 a 76 años, basado en un conjunto de imágenes cerebrales tomadas utilizando tomografía computarizada de emisión de fotón único (SPECT) para medir los cambios, tanto en el transportador de dopamina (DAT) como en el transportador de serotonina (SERT), antes y después de que los sujetos participaran en un retiro espiritual de siete días.

A su vez los participantes completaron una serie de encuestas orientadas en determinar el estado anímico y psíquico de cada uno.

El retiro que utilizaron para este esutdio fue el ignaciano, que está basado en los ejercicios espirituales desarrollados por San Ignacio de Loyola, el fundador de la orden católica de los jesuitas. Después de una misa de la mañana, los participantes pasaron la mayor parte del día en contemplación silenciosa, oración y reflexión y asistieron a una reunión diaria con un orientador espiritual.

Resultados

Como resultado los investigadores encontraron que las exploraciones post-retiro revelaron una disminución entre el 5 y 8 % del transportador de dopamina y una reducción del 6,5 % del transportador de serotonina, lo que provoca que haya más de estos neurotransmisores disponibles en el cerebro. Esto se asocia con las emociones positivas y sentimientos espirituales. En particular, la dopamina es responsable de mediar en la cognición, la emoción y el movimiento, mientras que la serotonina se relaciona con la regulación de las emociones y estado de ánimo.

Los alertan que los resultados todavía son preliminares, pero sugieren que la participación en un retiro espiritual puede tener un impacto a corto plazo sobre la función de la dopamina y la serotonina en el cerebro, y que esto está relacionado con las diversas expresiones emocionales y espirituales.

“En cierto modo, nuestro estudio plantea más preguntas que respuestas“, reconoció Newberg, al tiempo que agregó que tienen » curiosidad por conocer qué aspectos del retiro causaron los cambios en los sistemas de neurotransmisores y si diferentes retiros producen diferentes resultados. Con suerte, en estudios futuros se podrá dar respuesta a estas interrogantes.“

Los resultados fueron publicados en Religion, Brain & Behavior.

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