GMS

Este es el peor «veneno» que consumimos a diario… y no es azúcar ni sal

Un potenciador de sabor ampliamente conocido en todo el mundo es uno de los productos alimenticios de consumo regular que pueden resultar más dañinos a la salud.

La presentación más común del glutamato monosódico es en forma de cristales como la sal. Foto: Wikimedia Commons.
La presentación más común del glutamato monosódico es en forma de cristales como la sal. Foto: Wikimedia Commons.

Se trata del glutamato monosódico (GMS) y es un polvo blanco utilizado para exaltar los sabores de las comidas. En la comida asiática es donde más presencia tiene, pues se le relaciona con «el quinto sabor» llamado umami, un gusto que induce salivación, estimulación en la garganta y el paladar además de percibirse mayormente en la parte posterior de la boca.

Distintos estudios han encontrado relación entre el GMS y varios problemas de salud, si se ingieren pequeñas cantidades de forma esporádica es inocuo para la salud, pero el consumo en grandes cantidades podría tener consecuencia negativas.

En muchos productos industriales, este ingrediente aparece con varios nombres como conservante natural”, “proteína vegetal hidrolizada”, “extracto de levadura” o “E-621”, entre otros, por ende es importante siempre leer las etiquetas de los alimentos enlatados o de larga fecha de caducidad.

Las opiniones divididas

Según el sitio web de MSN, el glutamato monosódico consumido en cantidades altas podría causar desordenes como depresión, ansiedad, fatiga crónica, mareos, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, taquicardia, asma y vértigos. Además, en los casos más serios de afectación, podría estar ligado a afectaciones cardiacas, tensión alterial alta, artritis, diabetes, y otros padecimientos.

Por otro lado, la eufic.org afirma que no existen pruebas concretas que liguen el GMS con estas u otras afectaciones a la salud. El aditivo en cuestión contiene un 78% de ácido glutámico libre, 21% de sodio y hasta 1% de contaminantes.

Como todo aditivo alimenticio químico, es recomendable evitarlo lo más posible, sustituyendo los alimentos preparados, enlatados o las conservas industriales por comidas naturales, frutas, verduras y vegetales frescos. Antes de poner en el carrito de las compras cualquier producto procesado, es importante ver la lista de ingredientes del empaque y evitar cualquiera de los nombres con que se conoce al GMS.

Curiosamente, algunos productos de belleza como jabones, cosméticos o acondicionadores o champús para el cabello contienen glutamato monosódico.

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