¿Por qué es mejor consumir la manzana con cáscara?

La manzana es una de las frutas que está recomendada para consumir diariamente, una frase popular conocida asegura que «comer una manzana cada día te mantiene alejado del médico». Es rica en fibras, vitaminas, minerales y flavonoides que favorecen la salud general de las personas.

Ahora investigadores de la Universidad de Lowa reafirmaron eso pero señalaron que hacerlo con cáscara aumenta los beneficios. Ya que ésta contiene una sustancia cerosa llamada ácido ursólico que entre otras cosas reduce el desgaste muscular y promueve el crecimiento de los músculos. Los científicos consideran que la cáscara de la manzana podría ser utilizada en el tratamiento para la atrofia muscular y para la diabetes, ya que además encontraron que esa sustancia ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre.

Los expertos afirman que la cáscara de manzana puede convertir los músculos de los adultos mayores en los de un adulto joven en tan sólo dos meses de tratamiento con esa sustancia permitiendo a las personas ser más activas durante más tiempo.

La pérdida de masa muscular en la vejez es causada por una proteína llamada ATF4 que cambia la formación de genes y el ácido usólico sería uno de los compuestos naturales que pueden reducir la actividad de esa proteína, según publican los investigadores en el Journal of Biological Chemistry. El otro compuesto con esas propiedades es la tomatidina que se encuentra en la cáscara de los tomates verdes.
Christopher Adams, autor principal del estudio expresó que «Muchos de nosotros sabemos de nuestras propias experiencias que la debilidad muscular y la atrofia son grandes problemas a medida que aumenta la edad. Son problemas que tienen un impacto importante en nuestra calidad de vida y la salud».

Las pruebas iniciales del efecto del ácido ursólico y la tomatidina ha sido realizada con ratones viejos y muestran que pueden «reducir drásticamente la debilidad muscular relacionada con la edad y la atrofia», y aumentan la masa muscular en un 10% y la calidad muscular en un 30% en sólo dos meses.

Adams explicó que «En base a estos resultados el ácido ursólico y tomatidina parecen tener un potencial como herramientas para hacer frente a la debilidad muscular y atrofia durante el envejecimiento» y agregó que «Al reducir la actividad de la ATF4, permiten que el músculo esquelético pueda recuperarse de los efectos del envejecimiento».