25 DE MAYO

Día Mundial de la Tiroides pauta urgencia de información para afecciones que alcanzan al 10% de la población

Si la temática endocrinológica es abordada solamente cuándo algún problema glandular es detectado en la consulta médica, el tema de la tiroides en particular, es aún de menor visualización general, pese a que alrededor del 10% de la población mundial sufre algún tipo de afectación en esa glándula. Las sociedades endocrinológicas en el mundo entero, dedican la jornada a difundir la importancia de tener conciencia de datos clave en e tema.

Foto: Wikimedia Commons.

Básicamente, la glándula tiroidea, regula el metabolismo del ser humano, determina cómo obtenemos la energía de los alimentos que consumimos y define el nivel de productividad de cada persona.

La glándula tiroides se encuentra en la base del cuello, tiene forma de mariposa y  depende de la hipófisis, otra glándula localizada en el cerebro, que rige su funcionamiento. Entre otras misiones regula el metabolismo del cuerpo mediante la producción, almacenamiento y liberación de hormonas tiroideas: tiroxina (T4), triyodotironina (T3) y calcitonina, determinando la operatividad de células, tejidos y órganos. La síntesis de muchas proteínas esenciales en los períodos de crecimiento y el desarrollo del sistema nervioso central, tienen relación directa con el funcionamiento de la tiroides.

En otras funciones regula la frecuencia cardíaca, el nivel de colesterol, la fuerza muscular, la temperatura corporal, el ritmo intestinal  e inclusive la función reproductiva.

Algunos problemas pueden ser asintomáticos

Si bien la mayoría de las alteraciones en la tiroides están revelados en cambios del tamaño de la glándula (hipotiroidismo e hipertiroidismo), otros pueden pasar desapercibidos. La patología más popular de la glándula es su crecimiento (hipertioridismo) conocida como “bocio”, cuando los nódulos tiroides se manifiestan a través de un bulto en el cuello, o varios, produciendo dificultades para tragar, respirar e incluso en el tono de voz.

Los problemas tiroides están muchas veces mal diagnosticados, y en el caso de hipotiroidismo hasta la mitad de quienes padecen la afección lo desconocen, confundiendo los síntomas (decaimiento, sueño, fatiga, sobrepeso, falta de apetito sexual), con otras patologías, por lo cual se recomienda visitar también a los especialistas en caso de persistir estos síntomas. Deben hacerlo particularmente quienes tengan antecedentes familiares de cáncer de tiroides, sobrepeso, y tratamientos con rayos a edad temprana en la zona del cuello.

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