Es el Día Mundial de la Espondilitis Anquilosante… un nombre extraño para el dolor de baja espalda que mortifica
Si uno habla de espondilitis anquilosante, a menos que sea un médico, difícilmente sabrá de buenas a primeras de qué se trata. Ahora si le decimos que el dolor de baja espalda que mortifica a miles, tiene ese nombre, reconocerá que bien vale dedicarle un día al año para recordar al mundo la importancia de consultar a los médicos, cuando comienzan los primeros síntomas, por lo general en la adolescencia y se los deja pasar por alto, convencidos que con el tiempo mejorará.
La espondilitis anquilosante, es una enfermedad reumática, inflamatoria, y progresiva, que afecta la columna vertebral, y puede terminar determinando la calidad de vida de la persona que la padece.
Los fuertes dolores de espalda, y la limitación en la capacidad de movimiento son los puntos principales de la patología, que en países como el nuestro puede llegar a afectar hasta al 2% de la población. Para estimular la prevención temprana es que la OMS respalda la conmemoración cada primer sábado de mayo del Día Mundial de esta enfermedad, buscando que la gente aumente su información.
El deterioro articular debe ser tratado prematuramente
Cuando el dolor en la parte baja de la espalda empeora por la noche, por el día o después de periodos de inactividad, la hora de consultar ha llegado. Por ser una enfermedad progresiva sus síntomas aumentan conforme avanza el deterioro articular, con lo que el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano sean fundamentales para que se sufra el mínimo impacto posible en la calidad de vida. Detectada a tiempo la persona puede iniciar de forma temprana el tratamiento más adecuado, antes que haya mayores daños articulares. Detener el daño articular en fases tempranas de la enfermedad es fundamental, dicen los especialistas.
Existen dos tipos básicos de patología: la de dolor mecánico, la más común, que se siente al levantar objetos pesados, por distensiones musculares o lesiones deportivas, situaciones en las que se dañan los huesos y las estructuras circundantes alrededor de la columna vertebral. El otro dolor –de tipo inflamatorio- se considera cuando se tiene una duración igual o superior a los tres meses.
Los técnicos consideran importante responder estas preguntas: ¿Comenzó a tener dolor de espalda antes de los 40 años?; ¿Mejora su dolor con la actividad o el movimiento?; ¿Parece que su dolor de espalda no mejora cuando descansa?; ¿Su dolor de espalda le despierta por la noche y le obliga a levantarse?; ¿El dolor de espalda se ha ido incrementando gradualmente?. Si responde afirmativamente a cuatro de las cinco, ha llegado la hora de consultar al médico.
Compartí tu opinión con toda la comunidad