CONMEMORACIÓN

La Jornada Mundial del Enfermo focaliza este año a todos aquellos que dan su tiempo para ayudarlos

La conmemoración, sin ser laica, es seguida por millones de personas en todo el mundo, en tanto se trata de una de las jornadas de servicio que más convocatorias recoge en el cristianismo global.

Se trata de la XXIII jornada mundial, donde se apunta a tener consideración del sufrimiento ajeno, y destacando la labor de quienes se dedican a desde salvar vidas a colaborar en mejoras para que el tránsito por alguna enfermedad sea más llevadero.

Los católicos recuerdan en la fecha la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, patrona de los enfermos, a cuyo santuario en esa ciudad de Francia, concurren cada año más de ocho millones de peregrinos, convirtiéndolo en uno de los sitios de peregrinación más concurridos del mundo. Según la tradición católica, en un día como hoy la Virgen de Lourdes se presentó a quien sería después Santa Bernardita, en la gruta donde mana agua a la que se atribuyen poderes milagrosos.

Papa Francisco critica la expresión “calidad de vida”

En razón de la fecha El Vaticano dio a conocer un mensaje del papa Francisco, donde éste critica la expresión “calidad de vida” en el entendido que ello supone que la vida de los enfermos no es digna de ser vivida.

El pontífice apuntó a la necesidad de recordar particularmente la figura de Job cuya talla moral se pone de manifiesto en su servicio a los demás, pese a sus propios sufrimientos.

El papa recordó más allá de quienes trabajan en salud a las “personas que están junto a los enfermos  que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse. Este servicio, especialmente cuando se prolonga en el tiempo, se puede volver fatigoso y pesado. Es relativamente fácil servir por algunos días, pero es difícil cuidar de una persona durante meses o incluso durante años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer”, señaló.

En Uruguay, el obispo responsable de la Pastoral de la Salud Nacional, Mons. Martín Pérez Scremini, y el Secretario Ejecutivo, Pbro. William Bernasconi, convocaron a la meditación y la confrontación “con la Palabra de Señor de nuestra actitud con los enfermos de la familia, la comunidad, los que asistimos, con todos”.

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