Problemas frecuentes

Trastornos del sueño en el adulto mayor

Este grupo etario experimenta trastornos específicos del sueño, tales como las alteraciones del ritmo circadiano y enfermedades psiquiátricas; los últimos estudios demuestran que alrededor del 50% de estas personas sufre problemas crónicos del sueño. En esta edición, SUAT te brinda toda la información necesaria sobre la referida problemática.

El sueño insuficiente se asocia a un aumento de la morbimortalidad, así como también a la depresión y la ansiedad, lo cual conlleva una disminución de la calidad de vida. Los trastornos repercuten en la deambulación y aumentan el riesgo de caída; además, las alteraciones crónicas del sueño pueden producir déficit de atención y trastornos mnésicos en el corto plazo y repercutir en el desempeño de las actividades diarias.

Conceptos y cambios en la estructura del sueño

Se entiende por insomnio a la dificultad para iniciar o mantener el sueño o la falta de un sueño reparador; esta alteración debe suceder, al menos, tres veces por semana durante un mes y tiene que determinar cansancio diurno. En tanto, se estima que un anciano necesita alrededor de siete horas de sueño al día; en este contexto, las quejas de este grupo etario en cuanto al sueño pueden responder a un trastorno primario -la apnea del sueño o los movimientos periódicos de piernas- o secundario a patologías médicas o psiquiátricas, o polifarmacia, entre otros factores.

En cuanto a los cambios en la estructura del sueño, los más frecuentes suelen ser los siguientes: mayor fragmentación, descenso del nivel de alerta diurno, alargamiento de la latencia de inicio del sueño, aumento del sueño lento superficial y disminución del sueño lento profundo. Asimismo, el tiempo total desciende al igual que el índice de eficiencia del sueño, se presenta un mayor número de veces en las que se despierta la persona afectada y una tendencia a realizar siestas durante el día; esto genera que el sueño nocturno sea menos reparador. Por otra parte, está comprobado que este tipo de alteraciones ocurren comúnmente en las mujeres.

Evaluación clínica

Es necesario realizar una historia clínica adecuada y detallada del sueño; para esto, deben extraerse datos sobre las horas totales de sueño, la dificultad para conciliar el sueño y mantenerlo, los despertares tempranos, el grado de actividad al día siguiente, la sensación de fatiga, el hábito de la siesta, y las actividades antes de acostarse y dormirse. Además, hay que evaluar la existencia de factores precipitantes y la duración del trastorno del sueño. Al contar con estos datos, en un elevado porcentaje de casos se establece el diagnóstico; sin embargo, en determinadas situaciones se tiene que recurrir a estudios específicos del sueño -como la video polisomnografía-.

Tipos de trastornos

En este punto, es fundamental mencionar los distintos tipos de trastornos del sueño que se pueden experimentar:

  • Síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño: se caracteriza por pausas respiratorias, ya sea por el cese total de la respiración -apnea- y/o la reducción o cese parcial de la respiración -hipopnea-. Los síntomas suelen ser los ronquidos y la excesiva somnolencia diurna. Esta afección conlleva a la disfunción cognitiva y a los trastornos en la vida de relación.
  • Síndrome de piernas inquietas: se suelen registrar hormigueos o dolor en los miembros inferiores que se alivian con el movimiento. Además, aumenta la latencia para iniciar el sueño, dando lugar al insomnio de conciliación y/o mantenimiento.
  • Trastornos del sueño en pacientes institucionalizados: estas personas experimentan un sueño muy fraccionado y, probablemente, responde a cambios ambientales -ruido o luz inadecuada-, así como a la tendencia a permanecer mucho tiempo en la cama.
  • Trastornos del sueño en la demencia: poseen una gran tendencia a sufrir sueño fragmentado y éste puede provocar la necesidad de efectuar siestas o la aparición de trastornos conductuales nocturnos -como la deambulación-, lo cual es muy frecuente en la enfermedad de Alzheimer. Las personas con demencia también pueden presentar cualquiera de las alteraciones del sueño anteriormente referidas. En este grupo de pacientes es primordial considerar los fármacos que reciben porque la causa del insomnio puede llegar a estar relacionada con su consumo.

Tratamientos

Existen tratamientos que incluyen fármacos, pero también se pueden aplicar otras medidas en las que no es necesario incluir ningún tipo de medicación. En cuanto al tratamiento no farmacológico se incluyen las siguientes recomendaciones:

  • Realizar ejercicio físico moderado durante el día, pero no antes de acostarse.
  • Utilizar el dormitorio para dormir y no para trabajar o mirar televisión.
  • Emplear ropa cómoda en el correr de las horas de sueño.
  • No cenar copiosamente.
  • Evitar el consumo de tabaco, café, alcohol y bebidas cola a partir de la media tarde.

En referencia al tratamiento farmacológico, el objetivo primordial consiste en tratar el insomnio e impedir la aparición de efectos secundarios residuales diurnos. En este marco, los hipnóticos de elección son: zolpidem, eszopiclona, melatonina. También existen tratamientos específicos de acuerdo al tipo de insomnio; se deberá tener presente si se trata de la forma de presentación de una depresión y, en tal caso, se recurrirá al uso de antidepresivos. Por consiguiente, es de extrema relevancia chequear los fármacos que consume el adulto mayor y, sobre todo, si presenta polifarmacia -es decir, la ingesta de cuatro o más fármacos-.
SUAT te invita a que te mantengas siempre informado. En el caso de poseer dudas, visita a un especialista con el fin de evacuar todas tus consultas.

Dr. Óscar López

Médico de SUAT

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