SALUD

Descubren mecanismo que evita pérdida de hueso por causa de la osteoporosis

La osteoporosis es una de las patologías que más preocupa a la OMS para las personas de edad avanzada en todas partes del mundo: la mitad de los adultos mayores que sufren una fractura de cadera o columna por causa de la enfermedad, muere a consecuencia de sus complicaciones.

La osteoporosis es la enfermedad más frecuente del tejido óseo.
La osteoporosis es la enfermedad más frecuente del tejido óseo.

Con este escenario la búsqueda de nuevos tratamientos para evitar la patología o minimizar sus efectos, es de prioridad para la comunidad científica. Es que más allá del aumento de la esperanza de vida en la población mundial (para 2020 los mayores de 60 años superarán en número a los menores de 5 años), la calidad de esa extensión de vida es vital define OMS. Y en ese marco las consecuencias de la osteoporosis son una de las principales causas de la disminución del bienestar y de la calidad de vida, principal reto para la salud pública mundial.

La osteoporosis es la enfermedad más frecuente del tejido óseo, y se caracteriza por una progresiva pérdida de calcio, con lo que el hueso se vuelve más frágil y poroso, al punto que puede romperse sin que intervenga ningún traumatismo o accidente para que ello ocurra. En esa línea es bautizada como la “enfermedad silenciosa” ya que no provoca dolores, y el paciente suele desconocer que la padece hasta que se rompe un hueso.

El equilibrio de “blastos” y “clastos” clave de la cuestión

El interior de los huesos tiene células que crean hueso constantemente (los osteoblastos) y otras células que consumen el mismo tipo de células (los osteoclastos). Ese relacionamiento dinámico en el individuo sano permite mantener los huesos en condiciones adecuadas, pero cualquier variación por la razón que fuere de esos niveles en paralelo puede llevar a la crisis ósea.

En esa línea una investigación del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de España, ha determinado el mecanismo que regula la proliferación de osteoclastos. El mecanismo se focaliza en la actividad de una proteína receptora de retinoides, que, al ser bloqueada en las células madres que producen los osteoclastos, hace que los animales de laboratorio en que se experimentó la técnica, los huesos mantengan una densidad alta de calcio, y sus esqueletos no se debiliten.

Lo interesante del caso, es que para modular esa proteína, ya existen fármacos aunque no han sido usados para esos fines específicos, sino para tratar linfomas cutáneos, por lo que ahora se apunta a la investigación correspondiente, según publica el último número de la revista especializada “The Journal of Clinical Investigation”.

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