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Día mundial de la EPOC

Este 19 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Se trata de un proceso patológico que se caracteriza por una limitación progresiva al flujo aéreo que no es completamente reversible. Está asociada a una respuesta inflamatoria pulmonar anormal, la cual se produce por la inhalación prolongada de humo de cigarrillo u otras partículas o gases nocivos. La limitación al flujo aéreo es causada por una mezcla entre enfermedad de las pequeñas vías aéreas y destrucción del tejido pulmonar. Estos cambios originan la disminución en la capacidad de esas vías para permanecer abiertas durante la salida del aire -espiración-.

Datos estadísticos y factores de riesgo

Es frecuente su presencia en la población mayor de 40 años; la prevalencia aumenta con la edad. Es considerada como una importante causa de morbimortalidad entre las enfermedades crónicas en todo el mundo al tratarse de la cuarta causa de muerte a escala mundial. Se prevé que su prevalencia y mortalidad se incrementarán en las próximas décadas. Uno de los factores más graves de EPOC es que usualmente no se diagnostica hasta que se hace clínicamente evidente . Con respecto al sexo, los estudios demuestran que la prevalencia es casi igual en hombres y mujeres; este dato refleja un cambio en los hábitos tabáquicos. La importancia de esta enfermedad también radica en el aumento de consumo de recursos, las repercusiones laborales y el grave deterioro de la calidad de vida de las personas que la padecen. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1990 la EPOC era la duodécima causa de pérdida de años de vida sana a nivel mundial y se pronostica que en 2020 tomará el quinto puesto.

En cuanto a los factores de riesgo cabe mencionar que participan los del propio individuo y también los relacionados con la exposición al medio ambiente. En relación a los del individuo se destacan los genéticos; el más estudiado es el déficit hereditario de una enzima conocida como Alfa 1 antitripsina. Asimismo, el antecedente de infecciones graves en la infancia, la «hiperreactividad bronquial» y el bajo nivel socioeconómico también se han asociado con el desarrollo de esta afección. Dentro de los factores de exposición es necesario destacar al tabaco porque es el agente responsable del 85 % de los casos . Sin embargo, no todos los fumadores desarrollan esta enfermedad, lo cual sugiere que los factores genéticos deben modificar el riesgo individual. La exposición pasiva al humo de tabaco también contribuye, al igual que la exposición a polvos y sustancias químicas laborales -vapores, irritantes, humos- y la contaminación de espacios abiertos o cerrados.

Historia natural y consideraciones clínicas

Incluye un prolongado período preclínico que consiste entre 20 y 40 años; durante este lapso de tiempo existe una exageración de los cambios normales que ocurren con el envejecimiento a nivel pulmonar. El curso lento y progresivo de la enfermedad suele ser interrumpido por un cambio brusco de la función pulmonar. La supresión del consumo de tabaco de cigarrillo en individuos susceptibles no recupera la función perdida pero lentifica la velocidad del deterioro.
La EPOC se caracteriza por un proceso inflamatorio que afecta a: las vías aéreas, el parénquima y la circulación pulmonar. Los síntomas aparecen cuando el paciente ha llegado a fumar un paquete diario de cigarrillos en un lapso de 20 años y los principales indicios suelen ser: la tos crónica, la expectoración -al menos durante tres meses y por dos años consecutivos- y la disnea -falta de aire-. Lo más frecuente es que la persona consulte en la quinta década de la vida al experimentar tos productiva crónica y que empeora luego de una infección respiratoria. La disnea se presenta en la sexta o séptima década de la vida y suelen consultar con el médico recién cuando interfiere con la actividad cotidiana. En etapas más avanzadas puede haber anorexia -falta de apetito- y pérdida de peso.

Diagnóstico y tratamiento

La sospecha aparece cuando están los síntomas aunque será el estudio de la función pulmonar -espirometría- el que permitirá confirmar el diagnóstico. Al mismo tiempo, esta técnica es útil a la hora de determinar en qué estadio de gravedad se encuentra. El tratamiento de la EPOC leve y moderada consiste en evitar los factores de riesgo para prevenir la evolución de la enfermedad y la farmacoterapia para controlar los síntomas. Las formas graves requieren de intervención multidisciplinaria.
Es indispensable la educación, el fácil acceso a los servicios de salud, consulta y apoyo para dejar de fumar, rehabilitación pulmonar y valoración nutricional. Se destaca como elemento de relevancia la vacunación contra la influenza -gripe- y el neumococo -neumonía-.

Objetivos del tratamiento:

  • Evitar la progresión de la enfermedad.
  • Mejorar los síntomas, la tolerancia al ejercicio y el estado de salud.
  • Prevenir las exacerbaciones y complicaciones.

Dentro de las medidas no farmacológicas está el abandono del hábito tabáquico: todos los pacientes deben ser invitados a suspender el cigarrillo recurriendo a diferentes estrategias -terapia comportamental, antidepresivos y uso de nicotina-. En Uruguay existen policlínicas de cesación del tabaquismo que contemplan en forma global todos esos aspectos. Se ha demostrado que el 35% de los pacientes logra la suspensión del hábito pero solamente el 22% se mantiene sin fumar a los cinco años.
Las medidas farmacológicas incluyen el uso adecuado de broncodilatadores y teofilina -para casos refractarios-. La utilización de los corticoides inhalados es controvertida y no debería hacerse en forma rutinaria. Al mismo tiempo, el uso de mucolíticos de manera generalizada no está recomendado.

Tratamiento complementario

Rehabilitación pulmonar: los principales objetivos consisten en reducir los síntomas, mejorar la calidad de vida y aumentar la participación física y emocional en las actividades cotidianas, así como disminuir las hospitalizaciones. Se ha comprobado que es beneficiosa en todos los estadios, independientemente de la edad.

Oxigenoterapia domiciliaria: aumenta la supervivencia. Impacta también sobre la capacidad de ejercicio, la mecánica pulmonar y la capacidad intelectual. Tiene indicaciones precisas y su duración no debe superar las 16 horas por día.
Cirugía: Se emplea como parte del tratamiento de la EPOC avanzada y causada por enfisema. Se traduce en la resección de áreas enfisematosas no «funcionantes» con el objetivo de mejorar la recuperación elástica del pulmón.

Pronóstico y cuidados

El índice que mejor se correlaciona con la mortalidad es el ritmo con el cual disminuye el flujo espirado de aire. Otros factores independientes en los ancianos son: la discapacidad, dependencia, el uso prolongado de oxigenoterapia y el índice de masa corporal. El bajo peso y la persistencia del habito tabáquico son factores de mal pronóstico.
La primera medida fundamental para mantener un estado de salud adecuado, y que ha demostrado mayor efectividad, es el abandono del tabaco. Las vacunaciones contra el neumococo -una vez en los mayores de 65 años- y la gripe -en forma anual- siempre deben estar indicadas. Hay que realizar la espirometría de manera regular para valorar la función pulmonar: de inicio en todo paciente en riesgo, anualmente en pacientes estables y con mayor frecuencia si se requiere valorar el estado clínico y la respuesta al tratamiento.

Una vez más SUAT te recuerda los beneficios de mantener una vida saludable y sin humo de tabaco. También cobra gran importancia la actividad física y recurrir al especialista cuando se sienten molestias que no deben formar parte de la vida cotidiana.

Dr. Oscar López
Médico de SUAT

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