Terapia génica hace que células del corazón recuperen la capacidad de latir

Investigadores del Instituto del Corazón CEDARS-Sinai, en Los Ángeles, California, lograron que, tras introducir un gen en la trama cardíaca, las células tratadas recuperaran su capacidad de realizar los estímulos eléctricos correspondientes a los latidos naturales del corazón. El gen “TBX18” es el protagonista de la experiencia, y se ha convertido en una suerte de “marcapasos natural”, según entienden los científicos.

Los tratamientos se han realizado exitosamente hasta el momento solamente en cerdos, pero ello no obstante resulta altamente positivo, en tanto el corazón de esos animales, es sumamente parecido en su anatomía, funcionamiento, frecuencia cardíaca y patologías, al de los humanos.

Los investigadores estiman no obstante que aún podrían demorarse unos tres años más, en trasladar la experiencia a los primeros humanos a fin de superar patologías actualmente tratadas con marcapasos, según publica  la revista Science Translational Medicine.

Las células atrofiadas del corazón podrían revertir su condición

El trabajo que logró el descubrimiento, está a cargo de un equipo encabezado por el doctor Eduardo Marban, director del Instituto de Cardiología del Hospita CEDARS-Sinai, quien recordó que “hay que gente en la actualidad que necesita tener urgentemente un marcapasos y no puede recibirlo”. El especialista entendió que si bien se deberá seguir trabajando un tiempo más en animales, antes de probar la técnica en humanos, los resultados primarios están abriendo “una nueva era” en las terapias génicas.

Recordó en tal sentido que el corazón tiene “un marcapasos propio”: las células del llamado nódulo sinoatrial, que como si fueran un metrónomo emiten con periodicidad exacta y acorde a la circunstancia, los estímulos eléctricos que hacen latir al corazón hasta 100 veces por minuto. Pero cuando el nódulo deja de funcionar correctamente, hasta el momento lo más desarrollado es el marcapasos. Los especialistas han intentado hasta ahora una alternativa al marcapasos, usando variedad de células que pudieran estimular el crecimiento de otro nódulo sinoatrial, pero sin resultados.