SALUD

El hambre e incluso el apetito por dietas, es causa de problemas conyugales

Obvio que para hambre no es bueno, pero tampoco parece serlo el exacerbar el apetito, en tanto un estudio estadounidense muestra que los problemas de pareja dependen de cuánto comemos.

Cada cónyugue debía clavar a lo largo del día, desde antes del desayuno hasta cuando iban a la cama, alfileres al muñequito.

Psicólogos de la Universidad de Ohio (EE.UU.) estudiaron el comportamiento de decenas de parejas a lo largo de meses, para establecer parámetros de conducta y relacionamiento en función de sus actividades básicas y los niveles basales en consecuencia.

A nivel de lo más elemental –la alimentación- los técnicos encontraron que existe una relación casi directa entre los abjos niveles de glucosa en sangre y la indisposición con la pareja, en tanto los rasgos de agresividad aumentan considerablemente.

En las parejas casadas con más tiempo de convivencia, donde podría haber algún síntoma de mayor agresividad hacia el cónyugue, se demuestra que los conflictos se desatan siempre que uno de los dos –o ambos- estén sometidos a alguna dieta, o pasen hambre voluntariamente.

Una curiosa experiencia con un muñeco similar al “vudú”

El trabajo que aparece publicado en las Actas de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, se realizó en decenas de matrimonios, a lo que se entregó un muñequito del tipo “vudú” que supuestamente identificaba al cónyugue, además de medio centenar de alfileres. Cada cónyugue debía clavar a lo largo del día, desde antes del desayuno hasta cuando iban a la cama, alfileres al muñequito en función de los grados de animadversión que les causaba la pareja. El experimento demostró que cuanto menores eran los niveles de glucosa en sangre, mayor era la concentración de alfileres que se clavaban en esos momentos. El relacionamiento entre la glucosa en sangre y la animadversión se dio en todos los casos, inclusive en aquellas parejas que habitualmente no mantenían disputas y que en general “se llevaban bien”.

Los técnicos consideran entre otros aspectos, que el autocontrol de los impulsos agresivos insume mucha energía, por lo cual los niveles de glucosa altos permiten evitar las discusiones y enfrentamientos, en la mayoría de los casos.

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