Nueva teoría sobre el origen del sueño desafía anteriores: dormimos para aprender

La ciencia moderna si bien asume que desconoce las razones de fondo –y la mayoría de las causas y mecánicas- del simple fenómeno del dormir, ha defendido en los últimos años la idea que dormimos para que el cerebro descanse y ello potencie las conexiones neuronales.

Una nueva teoría desarrollada por científicos Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), apunta ahora que el sueño, por el contrario, no fortalece sino que debilita las conexiones neuronales, con lo que el cerebro es preparado para poder captar impresiones tanto nuevas como conocidas, y procesarlas debidamente.

La nueva idea conocida como ”hipótesis de la homeostasis sináptica del sueño”

(SHY), afirma que la importancia del sueño radica en la posibilidad que las neuronas se debiliten momentáneamente para ahorrar energía, evitar el estrés de las células, y mantener la capacidad de las células para respuestas selectivas ante los estímulos más variados.

El necesario equilibrio entre las fuerzas neuronales

“El sueño es el precio que el cerebro tiene que pagar por el aprendizaje y la memoria. Durante la vigilia, el aprendizaje fortalece las conexiones sinápticas de todo el cerebro, lo que aumenta la necesidad de energía y satura el cerebro con nueva información. El sueño permite al cerebro recuperarse, y ayuda a integrar el material recién aprendido en recuerdos consolidados, por lo que puede comenzar de nuevo el día siguiente”, explica en un comunicado el equipo de investigadores, según publica la revista Neuron.

La SHY es capaz en esa línea de mantener un equilibrio entre la fuerza de conexiones que tienen las células nerviosas, captando lo nuevo pero también amortiguando el impacto entre las conexiones interneuronales de esas novedades, decodíficándolo e integrando en un contexto menos estresante.

Según los técnicos los circuitos neuronales implicados en el aprendizaje, se ven menos debilitados mientas dormimos que otros que se ocupan de otras incidencias, como los recuerdos, por ejemplo.