Manual de Diagnóstico de Trastornos Mentales en EE.UU. carece de validez científica

La baja significa el abandono de clasificación para cientos de patologías mentales que el NIMH consideró estaban siendo establecidas por criterios “externos” y  acordes con las necesidades de la industria farmacéutica.

Desde 2008, los diagnósticos correspondientes al trastorno bipolar –tratado con fármacos- aumentaron en un 4.000 por ciento y se habla de un “sobrediagnóstico” generalizado. Hace cinco años, la cuarta parte de la población del país había tomado antidepresivos en algún momento y se prescribían unos 200 millones de recetas anuales para fármacos contra la ansiedad y la depresión.

Falta de fronteras “definidas” entre lo normal y lo patológico

El Instituto Nacional de Salud Mental –una agencia dependiente del gobierno de EE.UU. que maneja los mayores fondos de investigación en salud mental del mundo- dejó de usar el manual porque entre otros “introduce el cambio de la concepción categorial a la dimensional” lo que minimizó fronteras “definidas” entre lo normal y lo patológico.  Se acusa además al texto de haber reducido el número de indicadores para evaluación con lo que aumentó el “riesgo de sobediagnosis, patologizando la vida”.

El manual, añadió desde 1980, 11 nuevos trastornos mentales a través de nuevas ediciones y para la cuarta edición (1994) habían aparecido 58 trastornos más.

Algunas patologías como la “aversión a hablar en público”, han hecho más elásticos los diagnósticos, al punto de incluir prácticamente a todo el mundo.