Investigación

Hacer ejercicio físico en contaminación urbana es mejor que la inactividad

Entre las preguntas que los médicos deportólogos se han hecho a lo largo de los últimos años, está la interrogante acerca de los efectos de la polución de las grandes ciudades en el organismo de quienes aspiran y espiran con mayor ímpetu y voracidad los humos tóxicos en las urbes: los deportistas.

Saber si ello beneficia o perjudica al cuerpo ha sido un debate constante, que ahora, un estudio llevado adelante en la Universidad Nacional de San Pablo, Brasil, y publicado en los cuadernos del Colegio Americano de Medicina del Deporte, parece haber quedado resuelto.

“Creíamos que la actividad física potenciaba los efectos nocivos, ya que el atleta, en cuanto corre y activa su circulación tiene una respiración más profunda y frecuente. Sin embargo el estudio demostró que el ejercicio tiene un efecto protector para los pulmones, en tanto inhibe parcialmente la inflamación de estos órganos y las alteraciones inducidas por la polución”, explicó el médico-jefe de la investigación, el paulista Rodolfo Vieira.

Las pruebas de laboratorio avalaron la hipótesis del beneficio

Los técnicos realizaron una serie de evaluaciones en animales de laboratorio y  separaron dos grupos, ambos sometidos a intensos gases del mismo origen y tenor al que sufren los humanos en el centro de una ciudad como San Pablo. La diferencia estuvo en que mientras un grupo era inducido a tener actividad física abundante, el otro lo era para permanecer quietos el mayor tiempo posible.

Finalmente los pulmones de los sedentarios sufrieron mucho peores consecuencias que la de los activos, no obstante lo cual ambos grupos resultaron afectados. “Es que todo parece tener un límite: el ejercicio ayuda a evitar la inflamación de las vías aéreas, pero eso tampoco resulta ilimitado: cuanto más poluído está el aire, más difícil es la defensa para el organismo”.

Los técnicos opinan que hay dietas que pueden regular mejor el metabolismo para enfrentar el problema de los poluentes y el ejercicio, e incluso refieren a la posibilidad de máscaras que impidan a las narinas acceder a los contaminantes más pesados.

“Incluso una mascarilla para cirugía puede disminuir la cantidad de material en partículas inhalado, lo cual es positivo”, insisten los especialistas.

Aunque todavía no se fija una tabla específica de recomendaciones se plantea mayor rigurosidad en el ejercicio durante el verano, ya que la contaminación tarda más en dispersarse. ¿El mejor momento? Después de cualquier lluvia o chaparrón, es cuando menos poluentes hay en el aire para salir a correr.

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