"Los asesinaron para impedir la salida que en 1976 propuso Végh Villegas"

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El entonces ministro de Economía había escrito un «memorándum» en el que incluía una negociación entre militares y civiles. Végh Villegas reconoció su propuesta al declarar en 1985. La muerte de los ex legisladores y el frustrado intento de matar a Wilson Ferreira Aldunate impidió esa salida de la dictadura. Un grupo de parlamentarios de la Comisión Investigadora que en 1985 indagó las muertes de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, tuvo la convicción de que con el homicidio de los ex legisladores y el frustrado intento de asesinar a Wilson Ferreira Aldunate se buscó impedir una negociación política que había impulsado el entonces ministro de Economía, Alejandro Végh Villegas.

El ex diputado nacionalista Alem García indicó a LA REPUBLICA que esa hipótesis, que se manejó en ámbitos políticos cuando se produjeron los asesinatos, fue la que tomó mayor peso en la investigadora de la Cámara de Representantes, cuyo trabajo no pudo continuar debido a la aprobación de la Ley de Caducidad que amnistió los delitos de la dictadura. «Desde la época de la dictadura» –dijo García– «hubo información que manejábamos en el interior del Partido Nacional un grupo de ocho personas que éramos los que estábamos en contacto con el comando del partido, y teníamos permanente relación con Wilson Ferreira Aldunate. Lo que se buscó con los crímenes fue evitar una salida negociada».

La «salida» de Végh Villegas

«Cuando ocurrieron los episodios de mayo de 1976, nosotros sabíamos que en ciertos niveles del gobierno del llamado Proceso, estaba circulando un memorándum de Végh Villegas en el que se analizaba la situación política de la época y se proponía una salida, a través de una mesa de negociaciones entre civiles y militares», recordó el dirigente de la Lista 206. «Fue dentro del Ejército, en particular esa arma, donde un grupo de militares rechazó radicalmente la propuesta de Végh. Nuestra hipótesis –sostuvo Alem García– es que, con los asesinatos de los dirigentes exiliados, tiraron un balde de agua fría sobre esa eventual salida y lograron que no se volviera a hablar de una negociación hasta después de las elecciones internas de 1982″.

El propio Végh Villegas aceptó la existencia de aquel memorándum al declarar ante la investigadora parlamentaria en 1985. En su testimonio reconoce que había planteado una salida negociada y que los crímenes en Buenos Aires imposibilitaron todo diálogo entre el gobierno civico-militar y la oposición. En las actas el «superministro» de Economía de aquellos años, reconoce que días antes de los asesinatos tuvo una reunión «casual» con Zelmar Michelini, a quien «encontró» en una confitería de Buenos Aires. Végh Villegas declaró ante los diputados que hablaron de Uruguay pero no le planteó directamente su propuesta para una salida. Alem García tiene la convicción de que Wilson Ferreira Aldunate era el principal objetivo de aquel trágico 18 de mayo en que se realizaron los sucesivos operativos de secuestro en los domicilios de los exiliados uruguayos en Buenos Aires.

«Wilson se salvó porque, estando en el tambo que tenía en la localidad de Azul, fuera de Capital Federal, se les hizo la noche y Susana (Sienra) lo convenció de quedarse a dormir. Por esa circunstancia fortuita, Wilson se escapó de la muerte», narró.

«Al primero que fueron a buscar aquellos comandos militares había sido a Wilson Ferreira. Cuando llegaron a su apartamento en la capital, Wilson estaba en el tambo y cuando, horas más tarde, fueron al tambo, a Wilson ya lo había llamado Matilde Rodríguez y le había contado sobre el secuestro del Toba. Desgraciadamente esa llamada no le llegó a Michelini», señaló García.

Se decidió en la «cocina» militar

Para el dirigente nacionalista, la decisión de matar a los tres líderes políticos en el exilio no se habría tomado en órganos formales de la dictadura. «Los testimonios de (Alberto) Zumarán y monseñor (Carlos) Parteli no fueron considerados como un elemento importante cuando la comisión investigadora trabajó en 1985″, dijo. «En aquel momento nosotros sólo íbamos trabajando sobre elementos que realmente se iban probando. Uno trataba de actuar con un criterio técnico, por ser abogado, y llevar adelante una instrucción que permitiera lograr la prueba con la que establecer responsabilidades penales», explicó.

«Yo no creo que la muerte de Michelini, Gutiérrez Ruiz y el frustrado intento de asesinar a Wilson, se haya decidido en ámbitos formales del gobierno. Tengo la convicción de que lo resolvieron esos grupos, que quizás integraban las mismas personas del gobierno, pero no en una reunión formal. Esto se resolvió por la vía de los hechos en donde existían las ‘cocinas’ de los militares», opinó. *

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