LA CAIDA

Una de las Cárceles del Pueblo, sita en Juan Paullier y Charrúa fue hallada por las Fuerzas Armadas el 27 de mayo de 1972 luego de terribles torturas a varios tupamaros con la colaboración de Héctor Amodio Pérez, quien estuvo presente en el momento de la liberación de los detenidos Ulises Pereira Reverbel y Carlos Frick Davie.

La casa lindera había sido allanada tres veces, la última, dos días antes. Allí se hallaban establecidos un taller de lustrado de muebles en la planta baja y un mecánico dental en la parte superior.

El 10 de julio de 1972, el Parlamento aprobó la Ley de seguridad del Estado y del orden interno, que oficializó la actuación de la Justicia Militar. Año más tarde, ante la convención del Partido Nacional, Wilson Ferreira haría una autocrítica por haber votado esa ley: «Les dimos facultades que no se usaron para aquello que pidieron. Quizá en alguna oportunidad hayamos olvidado que para imponer la libertad, el

arma más poderosa que el hombre ha inventado es la propia libertad».

Una vez que las Fuerzas Armadas tomaron el símbolo del MLN que significaba la Cárcel del Pueblo, detuvieron, entre otros, a sus propietarios y a sus cuatro hijas menores de entre 5 y 12 años de edad las cuales fueron detenidas en el ex Batallón Florida.

Uno de los oficiales identificados entonces como «nacionalista», el

capitán Camacho, jefe del S3 (Operaciones) le dijo al ex bancario: «qué aleccionadas tenías a tus hijas, ellas no dijeron nada».

La pareja propietaria de la casa sufrió el fallecimiento de una de sus hijas a los 16 años.

En capítulo IV del libro «Jugando a las escondidas», del periodista Alvaro Alfonso, se relata qué ocurrió con los guerrilleros Héctor Amodio Pérez y Mario Píriz Budes, considerados «traidores» por el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T), antes y durante la dictadura. En relación a Amodio Pérez da cuenta que realizó un acuerdo con los militares, tras ser detenido en 1972, para obtener un salvoconducto e irse al exterior junto a su compañera, la también tupamara Alicia Rey Morales. Cuando fue detenido por una patrulla militar, Amodio, casi sin respirar, dijo al jefe del operativo: «Te la hago cortita y al pie. Les entrego la cárcel del pueblo, a todo el MLN-Tupamaros, yo sé a quién tocar y cómo tocar, a cambio de mi libertad y la de mi compañera Carmela (alías con la que se conocía a

Alicia Rey Morales) en un país donde se hable español». Amodio Pérez se encontraría actualmente en Europa.

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