Incendio en la torre. Ocho días sin explicaciones

Un agujero negro en la seguridad de Antel

Nadie parece preocuparse por las fallas de la seguridad en Antel que quedaron en evidencia desde el momento que el impostor, Elbio Román, entró y salió de la Torre de las Telecomunicaciones sin que quedara registrado, ni se le pidiera identificación alguna, ni se dejara constancia escrita sobre los lugares a los que se dirigía.

La seguridad de Antel se divide en dos tipos de servicios, la seguridad física y la seguridad informática. Según pudo saber

LA REPUBLICA, la primera está a cargo de Edgardo Da Rosa, a quién pocos parecen conocer, incluso a nivel de dirección. En tanto la seguridad informática Está bajo la égida del Ing. Eduardo Carozo.

La jueza Graciela Gatti dice que «Román engañó e indujo en error a las jerarquías de Antel, entre ellas al presidente y a la actual vicepresidenta, logrando ser admitido primero como una suerte de asesor en materia de seguridad y luego ingresado formalmente como adscripto a la Secretaría de la vicepresidenta del ente, Gladys Uranga».

Pero no sólo indujo a error a las jerarquías sino que aparentemente pasó inadvertido para la seguridad física e informática de Antel, lo cual plantea severas sospechas.

El sábado 11 de julio, el ex vicepresidente de Antel, Gonzalo Perera, denunció ante la Policía haber sido víctima de un intento de homicidio en las cercanías de su domicilio en el balneario El Pinar.

Quedó en libertad pero emplazado y en la noche del lunes 13 de julio fue detenido en la Seccional 27ª de El Pinar por supuestas incongruencias en su versión sobre el intento de asesinarlo por parte de dos personas. El martes 14, Perera renuncia a su cargo de vicepresidente de Antel.

El miércoles 22 de julio Perera fue procesado sin prisión por «simulación de delito» en el Juzgado de la Ciudad de la Costa por la jueza Adriana de los Santos, quien determinó que Perera debería trabajar como docente como parte de la tarea comunitaria asignada.

Un aparente bien informado ex policía, que apenas terminó su educación primaria, Elbio Javier Román Suárez, de 29 años de edad, en su modesto apartamento de Piedras Blancas consideró que una oportunidad se le presentaba. Según la jueza del crimen organizado, Dra. Graciela Gatti, aprovechando la difusión pública relativa al episodio, el ex policía Román se hizo pasar «por el licenciado Jorge Vázquez, prosecretario de la Presidencia de la República» y «se comunicó telefónicamente con el Sr. Arturo Fredy Terradas Lencina», hasta entonces adscripto a Perera y luego de la Cra. Gladys Uranga.

Dice la jueza Gatti en los autos de procesamiento de Román que «es así que Terradas, creyendo que su interlocutor era Jorge Vázquez accedió a su pedido de recibir en Antel a una persona, Elbio Javier Román Suárez, que Vázquez le enviaba para coordinar la custodia de Perera en Antel e investigar las eventuales irregularidades que Perera afirmaba estar investigando por la que habría recibido amenazas».Agrega que «luego de dos llamadas más, coordinando la fecha de llegada de Román al ente, el falso Jorge Vázquez y Terradas acuerdan que Román concurriría ese mismo día a Antel.

Dichas comunicaciones se efectuaron desde un teléfono celular (número 098465679), el que fue indicado por el supuesto Jorge Vázquez como el teléfono al que debía llamársele por este tema».

Según lo acordado con el adscripto Terradas, el ex policía Elbio Román se presentó en Antel, donde fue recibido el 14 de julio, sin que se le exigieran documentos ni nada que lo identificara ni acreditara la derivación efectuada por el supuesto Jorge Vázquez, ni menos aún chequear con el verdadero Jorge Vázquez o su oficina.

Terradas le franqueó el acceso al despacho de Perera. Luego, fueron juntos hasta el Juzgado de la Costa donde Perera estaba en ese momento detenido. Más tarde, ese día, recogieron dos laptops, propiedad de Antel, afectadas al uso por parte de Perera, y que estaban en su casa.

Al día siguiente se le facilitó a Román el ingreso a las laptops de Perera así como a su despacho.

Luego de ello, Román continuó yendo todos los días a Antel donde se le permitía permanecer en lo que había sido el despacho de Perera. Recién el 22 de julio Román fue designado como adscripto y comenzó a trabajar oficialmente en el ente.

Durante ocho días Elbio Román entraba y salía de la Torre de las Comunicaciones como Perico por su casa, sin que la seguridad de Antel le requiriera documentos ni nada que lo identificara, ni acreditara, ni preguntarle por el sector en que trabajaba, ni dejar constancias escritas sobre sus movimientos. Este no es el procedimiento habitual que se utiliza en la Torre de las Telecomunicaciones, como cualquiera puede comprobarlo. Varios funcionarios de Antel, consultados por este diario confirmaron esto. Incluso, conocidos dirigentes sindicales del ente afirmaron que cada vez que deben ingresar al edificio principal de las telecomunicaciones se les solicita cédula de identidad, identificación, sector en que trabaja y hasta puede haber un trámite por escrito, procedimiento que a veces llega a durar hasta media hora.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje