Uno de los denunciantes es el fugado "Cotorra Loca"

Reclusos "agraviados"enjuician a periodista: juez Olivera dictará mañana la sentencia

Comenzó ayer un juicio oral y público por difamación e injurias en el que tres conocidos delincuentes, Alejandro Píriz Brum, Mario Soria y Julio Guillén alias El Cotorra Loca (que protagonizara hace un tiempo atrás una sonada fuga junto a un agente israelí, Elal Yehoran) se sintieron agraviados por diferentes notas publicadas por el periodista Federico Gyurkovits en la revista Caras y Caretas.

La doctora Magdalena Reyes fue quien presentó la denuncia al amparo de la ley de prensa Nº 16.099 por difamación e injurias en julio de 2005, con la curiosidad de que ella misma se sumó al grupo de personas agraviadas según reconoció en la audiencia.

Según Reyes, Gyurkovitz agravió a sus clientes, en especial a Píriz al haber escrito una serie de notas periodísticas en las que alertaba sobre una serie de irregularidades que se habían ido sucediendo que permitían la llegada y su permanencia en Cárcel Central.

En junio de 2005 la doctora Reyes envió al periodista un telegrama advirtiéndole sobre las consecuencias penales que podría acarrearle el utilizar el nombre e imágenes de sus clientes.

Gyurkovits publica en la revista el telegrama pero además agrega nueva información sobre «situaciones no muy claras» que rodeaban a la estancia de Píriz. Poco tiempo después, el recluso es trasladado nuevamente al Penal de Libertad.

Es allí donde aparece la denuncia realizada ante Julio Olivera, juez penal de 21º Turno por «difamación e injurias» al amparo de la Ley de Prensa que, entre otras cosas, establece claramente que los juicios deben ser abiertos y públicos.

Al iniciarse la sesión ocurre la primera «curiosidad» ya que el magistrado dispone que no puede asistir prensa, que la instancia debe ser cerrada e incluso expulsa del salón al director de Caras y Caretas, doctor Alberto Grille a pedido de la doctora Reyes. La apelación del doctor Carlos Curbelo Tammaro, defensor del periodista, fue rechazada y se dio comienzo a confusas declaraciones de los agraviados sobre las notas en las que se sintieron difamados. Finalmente la doctora Reyes leyó una nota de Gyurkovits y fue explicando a los presentes en qué sus clientes se sentían agraviados.

Llegado el turno del periodista para realizar los descargos, se explicó por parte del doctor Curbelo que existe un honor objetivo y otro subjetivo y que la información proporcionada en las notas «carecía de toda malicia», se narraban hechos y a tal punto ello era así que poco tiempo después de las notas, Píriz fue devuelto al Penal de Libertad.

El fiscal Eduardo Fernández Dovat quiso conocer las fuentes en las que se basó Gyurkovits para escribir las notas, a lo que se le contestó que gran parte de ellas provenían de dependencias oficiales aportándose otros datos sobre las mismas, y algunas otras eran fruto de fuentes del periodista que no las iba a dar a conocer.

El juicio continúa mañana, se supone que será abierto y público ya que se dictará sentencia. *

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