Graciela Villar recordó que cuando el FA accedió al gobierno, el país estaba devastado

Este sábado 17 de agosto se realizó la Convención Nacional del Frente Amplio, la cual proclamó en forma oficial a la fórmula presidencial compuesta por Daniel Martínez y Graciela Villar.

En su discurso, la candidata a la Vicepresidencia reivindicó el legado del general Líber Seregni referido a la construcción de los consensos y los acuerdos que “siempre deben estar marcados por el interés general del pueblo”.

“Partimos en el 2005 de un país que estaba devastado, en el que la pobreza llegaba al 40%. La certeza de hoy es que la pobreza no llega al 10%, se ha abatido la mortalidad infantil, y el sistema de salud ampara a 2.5 millones de uruguayos. Nada de esto es patrimonio de los frenteamplistas, sino de todos los uruguayos”, sentenció.

Villar también remarcó que se ha avanzado como nunca “en la agenda de derechos”, y se ha transformado la vida de la gente con los Consejos de Salarios, donde es obligatorio negociar para proteger al trabajador.

Asimismo, resaltó que por primera vez hay boleto estudiantil gratuito y un Sistema Nacional Cuidados.

También se refirió a la importancia de la Ley de trabajo doméstico y de ocho horas para el trabajador rural.

Entre certezas e incertidumbres

“Nos debatimos entre las certezas que hemos construido durante estos 15 años y aquellos ‘proyectos’ que generan incertidumbres”, dijo Villar.

Reconoció que “no se ha hecho todo bien”, pero aseguró que “se puede y debe hacer mejor».

En otro orden, manifestó que se debe desterrar el odio en la sociedad, porque de lo contrario no hay forma de construir consensos. Añadió que el Frente Amplio, pensando siempre en la vida de la gente, debe ser impulsor de políticas integradoras.

“El proyecto progresista parte de la base de ser integrador, inclusivo, lo que debe ser el eje de la campaña. No podemos ni debemos entrar en falsas contradicciones”, remarcó.

Si hay algo que no puede hacer este país es perder lo que ha conquistado hasta aquí, porque aún queda dar un enorme salto, aseguró.

Alertó que “los derechos, hasta que no echan raíces en la tierra, se pueden borrar. Un viento los puede volar”.