ACLARACIÓN

Senadora Verónica Alonso rechaza cuestionamientos de legisladores de su propio partido

La senadora del Partido Nacional Verónica Alonso emitió un carta a la opinión pública y legisladores de todos los partidos políticos en la cual se refiere a algunos “ataques” que ha sufrido en persona en los últimos días y a las repercusiones que tuvieron las declaraciones del diputado Álvaro Dastugue, referidas a “revisar la agenda de derechos”, las cuales dijo la legisladora “se utilizan para poner en dudas y confundir” lo que ella piensa acerca de distintos temas de la agenda nacional.

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El diputado nacionalista Álvaro Dastugue manifestó en las últimas horas al semanario Búsqueda que si el Partido Nacional llega al gobierno deberá revisar todas las leyes de la “agenda de derechos, incluyendo la regulación de la marihuana, el matrimonio homosexual y la interrupción voluntaria del embarazo”.

Tales declaraciones de Dastugue generaron el rechazo de los sectores del gobierno y también de su propio partido.

En dicho marco, la senadora Alonso, del mismo sector político que Dastugue, difundió una carta abierta en rechazo a los duros cuestionamientos que recibió el legislador, de parte de integrantes del Partido Nacional.

Alonso y su equipo dijeron estar al tanto de “esta movida que comenzó a cristalizarse desde el pasado viernes 9 de junio”, cuando algún integrante de su partido acompañó hasta el lugar donde estaban los medios de prensa, en el subsuelo del Edificio Anexo, al dueño de una imprenta que mantiene una contienda legal con la legisladora.

En su carta, Alonso expresa: “No nos preocupa nuestra carrera política tanto como la sociedad en la que vivimos y vivirán mis hijas y mi familia. Espero más de lo mismo o peor de lo mismo de quienes no pueden hilvanar una serie de ideas para tratar de conquistar la confianza de los uruguayos”.

“Atacarán a mi familia o a alguien más de mi entorno. Ya me habían puesto sobre aviso: ‘Te empezó a ir bien en las encuestas, prepárate’. Con la misma paz y tranquilidad espiritual les seguiré respondiendo con más trabajo, más visitas, más ideas, más propuestas, más diálogo y más militancia. ​Nunca un agravio saldrá de mi boca para con otro compatriota y menos si es un correligionario blanco”, sentenció.

La carta ​​

“Montevideo 23 de junio de 2017

De corazón

Les escribo para contarles qué pasa por mi mente y por mi corazón. En estos días hemos asistido a un terrible ataque en contra de un dirigente que apoyó a nuestra lista al senado y a Jorge Larrañaga a la presidencia en las últimas elecciones nacionales: el diputado Álvaro Dastugue.

Ayer sentí que lo tiraron a la hoguera de las redes sociales y algunos medios tradicionales de comunicación por el solo hecho de pensar distinto de los nuevos rectores de la moral pública.

En los últimos cinco años el Uruguay ha finalmente modernizado su legislación con respecto a la comúnmente llamada “agenda de los nuevos derechos”. La gran mayoría de los uruguayos estamos felices con esos derechos consagrados como leyes.

Sí, ya sé que algunas de ellas no he votado, o no han sido votadas por muchos legisladores del Partido Nacional, pero también es cierto que muy pocos creen que se deben eliminar todas esas nuevas leyes. Evolucionamos en algunos casos y ya estuvimos convencidas desde el principio en otros. El Partido Nacional ha evolucionado.

Alguna es mejorable, alguna discutible; y una, sí, sigo creyendo que se debe derogar algunos de sus aspectos; me refiero a lo relacionado con la plantación, distribución y venta de marihuana por parte del Estado uruguayo. Esta aclaración me parece importante para que no haya dudas sobre qué creo y opino yo, Verónica Alonso y no, qué creen otros, o peor, lo que otros quieren hacer creer que yo creo.

Aclarado esto que es política, paso tal vez a lo más importante, es la fea sensación que siento, porque creo que el estado emocional que ha tomado la discusión pública, tanto de políticos, ciudadanos partidarios y algunos periodistas, es muy agresiva a veces. No nos estamos dando cuenta de que en lugar de haber evolucionado como sociedad y habernos convertidos en más tolerantes, más inclusivos, caímos en la trampa del revanchismo. Los que antes juzgaban y señalaban a quienes eran «raros, «enfermos» u otros disparates y descalificaciones para someterlos al escarnio público y a la inquisición social por el solo hecho de ser distintos, de no ser “normales”, hoy se han convertido en las víctimas.

Lo que no creía que iba a pasar era que quienes sufrieron esa horrorosa segregación social, se volvieran los nuevos juzgadores por acción u omisión.

Yo creo que debemos seguir militando para que cada uno pueda expresar sus pensamientos, sus opciones y decisiones, sin necesidad de ser señalados por nadie. Tenemos que pelear por ser una sociedad más libre, tolerante e inclusiva, nos gusten todas las opciones y pensamientos o no. Quienes esperen de mí que señale a Álvaro Dastugue y lo separe o eche de nuestro espacio político, no nos conoce nada. Nada. Seguiremos pensando distinto en algunos temas y seguiremos pensando igual en otros, y ambos juntos iremos enriqueciéndonos.

Podremos pensar muy distinto en muchas cosas, pero jamás me verán juzgar a nadie por sus ideas o pensamientos, y menos aún por conveniencia política.

Prefiero que me vaya mal políticamente a ser una injusta rectora moral de mis compañeros o votantes. Anecdótico y tristemente gracioso es ver a quienes hasta ayer cortejaban a Álvaro Dastugue para que los apoyara, hoy lo usan de combustible político mediático para tratar de dañarnos o ahuyentarnos.

No nos preocupa nuestra carrera política tanto como la sociedad en la que vivimos y vivirán mis hijas y mi familia. Espero más de lo mismo, peor de lo mismo, de quienes no pueden hilvanar una serie de ideas para tratar de conquistar la confianza de los uruguayos. Atacarán a mi familia, o a alguien más de mi entorno. Ya me habían puesto sobre aviso: “Te empezó a ir bien en las encuestas; prepárate”.

Con la misma paz y tranquilidad espiritual les seguiré respondiendo, con más trabajo, más visitas, más ideas, más propuestas, más diálogo y más militancia.

Nunca un agravio saldrá de mi boca para con otro compatriota, y menos aún  si es un correligionario blanco.

Con afecto y esperanza

Verónica Alonso.

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