EDUCACIÓN

El senador blanco Jorge Larrañaga denuncia que las cúpulas sindicales “perdieron la brújula”

El senador del Partido Nacional Jorge Larrañaga cuestionó que las cúpulas sindicales en Uruguay “perdieron la brújula” al pretender leer una proclama en las aulas de estudio y dijo que “lejos de defender derechos van contra los alumnos y contra la propia figura del docente”.

larrañagaA raíz de la información referida a que la Federación de Profesores de Educación Secundaria (FENAPES) dijo que pretendía leer una proclama sindical en las aulas contra la decisión del Gobierno de decretar la esencialidad de la educación en 2015 y luego aclararon que la misma se leerá en las “salas docentes”, Larrañaga dijo que el sindicato “perdió la brújula”.

“La educación uruguaya no está en crisis, decía la ministra de Educación, María Julia Muñoz, en ocasión de su última comparecencia en el Parlamento. Pues bien, en estas últimas horas, esa ausencia de crisis tuvo un nuevo capítulo de idas y vueltas entre FENAPES y las autoridades”, indicó.

El legislador señaló que FENAPES había resuelto leer este 24 de agosto en las aulas una proclama en contra del presidente de la República. “Ante tan grande atropello tuvieron que rectificar y ahora señalan que ‘hubo un error’ y que la proclama será leída en la sala de profesores”.

“Ha trascendido que de ese error el sindicato fue advertido desde distintos ámbitos ¿Es que no fueron capaces de darse cuenta por sí mismos de que era una barbaridad? ¿De que, más allá de ser inconstitucional e ilegal, era un disparate y un abuso mayúsculo?”, interrogó el parlamentario blanco.

Remarcó que “el Consejo de Educación Secundaria señaló correctamente que la actitud de los docentes violaría el artículo 58 de la Constitución y la Ley de Educación”.

Además de esa violación al precepto constitucional, “aquella conducta anunciada suponía ofender la libertad de conciencia de los estudiantes, sometiéndolos en el horario de clases a escuchar, contra su voluntad, una proclama proselitista”, indica.

“Más aún, el sindicato había resuelto, nadie se come la pastilla que no era eso lo que querían, abusar de su posición de poder sobre los estudiantes y del prestigio y credibilidad intelectual del que goza todo maestro y profesor sobre sus alumnos, con el fin de someterlos a una proclama propagandística contra el Poder Ejecutivo y en definitiva, contra la figura institucional Presidencia de la República”, lamenta el parlamentario.

A la vez, indica que las cúpulas sindicales, una vez más, “exhiben una despreocupación por los destinos de la educación de los alumnos. Eso que querían hacer solo sucede en las aulas de países sometidos a un gobierno totalitario, que más que formación de seres libres, busca el adoctrinamiento”.

Los sindicatos en Uruguay “pueden promover todas las acciones gremiales y judiciales que entiendan convenientes para defender sus derechos y enfrentar al Gobierno. Incluso, si los agravia el decreto de esencialidad, pueden recurrir a los organismos internacionales como la OIT, pueden volver a parar, pueden marchar libremente por las calles, leer sus proclamas en las plazas a todos aquellos que quieran oírlos y concurrir a todos los medios de comunicación para convencer a la opinión pública de sus ideas en contra del Gobierno”.

“No se lucha por unos derechos avasallando otros. Menos aún, avasallando el de los hijos de los uruguayos.  No es admisible que se pretenda tomar a los alumnos como mecanismo para extorsionar a un gobierno”, indicó el legislador blanco.

Gravedad

Para Larrañaga, tan grave como la decisión de FENAPES, es que desde el Ministerio de Educación se haya consultado a ANEP por la legalidad de la lectura de la proclama sindical en clase.

“Ello no solo refleja un claro desconocimiento de los conceptos de libertad de conciencia, de la laicidad y de toda otra norma de convivencia, sino que además reafirma el camino que desde el Poder Ejecutivo se ha venido recorriendo estos últimos tiempos, donde la educación es responsabilidad de otros. Es una muestra más de que el gobierno de la educación fue entregado a las corporaciones”, dijo.

Expresó: “Las cúpulas sindicales en Uruguay perdieron la brújula. Lejos de defender derechos van contra los alumnos y contra la propia figura del docente. Son ellos, maestros y profesores,  los que con su esfuerzo y a pesar de las carencias del sistema, defienden con uñas y dientes la educación en las aulas nacionales”.

“En esto está la promesa de cambiar el ADN de la educación, entre la indiferencia de las autoridades, la insensatez de las cúpulas sindicales y en el medio la educación de los hijos de los uruguayos”, lamentó Larrañaga.

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