GERARDO CAETANO

Gerardo Caetano: “Después de un año difícil Vázquez y Mujica empiezan a comprender que se necesitan”

En entrevista con LA RED21 el historiador Gerardo Caetano reflexionó sobre la performance del primer año del gobierno del Frente Amplio, de los liderazgos de Tabaré Vázquez, José Mujica y Danilo Astori.

Respondió sobre la Investigadora de ANCAP y afirmó que el FA tendrá que hacer un informe que “respete a la ciudadanía y a sus propios votantes que admita que sí se equivocó, se equivocó”.

Varios analistas hablan de la “pobre performance” del gobierno encabezado por Tabaré Vázquez durante el 2015. ¿Cómo observó al gobierno?

Es una visión, no solo de los analistas, sino también de los actores del  sistema político, incluso del Frente Amplio y del propio gobierno, algunos en privado, otro en dimensión pública, hacen un balance crítico de este primer año. En primer lugar, porque las expectativas eran otras, Tabaré Vázquez, su segunda presidencia, la visión de que llegaba con un conjunto de proyectos de largo plazo, la visión de que venía a “ordenar y orientar” un rumbo que en el periodo anterior había sido tramitado de forma “desprolija”. Ya se advertía que el FA se encontraría con una situación económica y un contexto internacional más difícil. Lo que ocurre es que el gobierno se encontró con nuevos problemas. Ya no era sólo un contexto de menor crecimiento económico, ya no eran solo las dificultades para consolidar rumbos sino problemas de decisión y gestión.  El presupuesto se “comió” el primer año de gobierno y no vio a Tabaré Vázquez con la energía política que le conocíamos. Recordemos que termina su mandato con un 80% de respaldo ciudadano y que se mantuvo prácticamente 5 años en silencio. Todos esperaban una suerte de ordenamiento, adecuación e impulso. Primero se dijo que había un problema de desorden heredado de la administración de Mujica, luego advertimos que le  faltaba la energía política que le conocíamos y el elenco de ministros no generaba iniciativas, salvo economía que tiene mucho poder. Hay una asimetría manifiesta entre el Ministerio de Economía y los demás ministerios. Este primer año tanto para Tabaré Vázquez como para el resto del gobierno, fue un año que no satisfizo las expectativas.

¿Cuánto pesa el menor crecimiento económico?

Pesa mucho. Para evitar las miradas provincianas miremos lo que sucede en el mundo y en la región. El contexto está dominado por la desaceleración económica que se hace sentir en particular en el mercado de los commodities, por tanto, los golpes para las economías latinoamericanas son muy grandes. Esta realidad, pone de manifiesto un viejo problema: proyectos progresistas que no transforman la estructura productiva y que siguen dependiendo de los commodities, son proyectos progresistas de raíces frágiles. La soja podrá valer 500 dólares la tonelada, pero el mercado de los commodities es inestable y es un mercado que no depende del productor, por eso la baja de los precios golpeó a los países latinoamericanos. En ese contexto, después de Bolivia, Uruguay fue de los que tuvo de las mejores performances. Aun cuando el crecimiento del producto (PBI) se desaceleró, Uruguay creció mientras Brasil tiene recesión y en Argentina hubo recesión, aunque es difícil saber cuánto, porque los números oficiales no eran creíbles,  como ahora todos lo reconocen.

China, el principal motor del crecimiento del precio de los commodities y de la prosperidad sudamericana, desaceleró su crecimiento y esto impacto en nuestras economías. Hay un cambio de poder en el mundo, donde EEUU comienza a recuperarse, Europa sigue con problemas y el comercio mundial sigue siendo muy desafiante para las economías. Uruguay es un país cuya escala lo orienta hacia la exportación,  lo que el ex Presidente Luis Batlle Berres (1947 – 1951) llamó “la revolución de las exportaciones”. Esa fue y es nuestra vida cotidiana.

2016: Un año bisagra para el gobierno del FA

Respecto a la fuerza política FA y su relacionamiento con el gobierno, hay discrepancias en todos los temas, desde inserción internacional pasando por educación, siguiendo por ANCAP.

Hay varios elementos. Es un momento histórico para el FA, porque están llegando a su fin tres liderazgos importantísimos en los últimos 30 años. Junto con el liderazgo de Líber Seregni que este año cumplirá 100 años, Vázquez, Mujica  y Astori son liderazgos que condujeron este crecimiento exponencial del FA. Recordemos que en 1984 obtuvo el 22% de los votos y que las últimas elecciones estuvo entre 52 % y 48%. Hay un mapa político interno que está cambiando, porque hay algo que está terminando y algo que aún no termina de nacer. Las relaciones se volvieron más conflictivas porque Vázquez ha tenido más poder de decisión que lo que fue Mujica, es menos deliberativo, incluso puede decidir la esencialidad que fue un momento de confrontación muy fuerte dentro del propio FA y dentro de la izquierda política y social. Vázquez también puede “rebobinar” y en el TISA transfirió la decisión a la fuerza política. El FA dejó de tener un presidente, luego que de manera inoportuna a Mónica Xavier se le impuso una suerte de renuncia bajo presión. Xavier había emprolijado y ordenado a la fuerza política. Desde hace casi 9 meses,  el FA está bajo una conducción provisoria, débil que no puede asumir grandes decisiones. La elección del próximo presidente es un mojón fundamental, además el FA -lo decía el propio Seregni- el FA no será una única ideología. El FA es la construcción de un marco político común, en el marco de muchas ideologías y no es una coalición pero tampoco, es un único partido. El éxito ha sido la negociación permanente, ahora la negociación se ha vuelto difícil porque se trata de reformas estructurales. Veamos un ejemplo: el tema educación, ¿hace cuánto que el FA como fuerza política más allá de las formulaciones genéricas de su programa no hace un documento finalista sobre el tema? Es evidente que no hay una única posición y si bien sobre otros temas tampoco hay una posición única la educación es demasiado central como para quedar rehén de la imposibilidad de converger en un rumbo único. Estos factores y otros dificultaron y ahora  hay un impasse que hasta que no se resuelvan las nuevas autoridades de la fuerza política va a seguir.

Es el propio gobierno el que necesita una conducción del FA más consistente. En los últimos tiempos y a propósito de la Comisión Investigadora de ANCAP, se ha instalado una lucha, una “guerra” “poco creíble” en donde todos pierden.  No creo que esta “guerra” permanezca. El FA ha tenido otros momentos donde sus litigios parecían innegociables y encontró la formula. Hoy día, los enfrentamientos han llegado a lo personal y han adquirido una virulencia que trasciende lo ideológico y se vincula con otros asuntos.

¿Cómo visualiza a Tabaré Vázquez en este contexto político?

Su regreso de las vacaciones, muestra que él hace un balance realista y crítico del primer año de gestión y lo entiende claramente porque tiene mucha sagacidad política. Este 2016 es un año bisagra para el gobierno y para el FA. Él tiene que liderar un relanzamiento del gobierno. En los gestos y en los contenidos parece perfilar una inflexión de cambio. Volvió a ese escenario en el que él se mueve muy bien y es con la gente. Me refiero a los Consejos de Ministros en los pueblos, volvió a asumir la iniciativa de ordenar e impulsar la agenda política. En esta línea fue la convocatoria a los ex presidentes (Sanguinetti, Lacalle, Batlle y Mujica) a propósito de un tema estratégico y complejo como es el hallazgo de petróleo.

También comenzó a marcar ciertos temas a los que les quiere transferir un empuje particular. Su anuncio que en el primer día de clase visitará 3 escuelas tiene un gran simbolismo, el  país no resiste 5 años más de fracaso de la política educativa. Lo que ocurrió el año pasado con la ruptura del equipo de educación fue muy grave. La ruptura del equipo con el que el FA había comparecido en la campaña electoral y el alejamiento de dos técnicos emblemáticos como Fernando Filgueira (ex subsecretario de Educación y Cultura)  y Juan Pedro Mir (ex Director de Educación del MEC). El Presidente (Vázquez) advierte que este tiene que ser un año de inflexión y que no puede haber más de lo mismo. Pero Vázquez sabe que se acercan controversias donde no hay consenso, como es la política exterior por ejemplo, allí percibe que no habrá decisiones que recojan la unidad del FA si él no “pacta” con Mujica. La palabra “pacto” puede sonar fuerte, creo que ambos líderes después de un año difícil empiezan a comprender que los dos se necesitan y mucho. Vázquez administra sus dichos y sus silencios, es ordenado, tiene intuición política, pero la biología cuenta y lo que tiene que demostrar es que a los 75 años se lo ve muy bien, y eso puede ser trasladado a una energía política renovada. El primer año le faltó un espacio de discusión política. Durante su primera presidencia (2005 – 2010) tenía un circuito primero en donde había gente con la que podía discutir de política en forma cotidiana. Allí estaban el Secretario de la Presidencia Gonzalo Fernández, su secretario político Ariel Bergamino, su propio hermano Jorge Vázquez, los dirigentes Fabricio Siniscalchi, y Aldo Gerrini, había un equipo que le daba a Vázquez lo que todo Presidente necesita y es un círculo primero en donde puede discutir de política. Además el gabinete ministerial de la primera presidencia lo integraban los “cabeza” de lista del FA. Hoy día: uno se pregunta  ¿con quién discute de política Tabaré Vázquez? siempre se habla de la soledad del poder. Para entender hay que ver con quien habla cotidianamente de política y hay una ausencia y ojalá que el Presidente (Vázquez) este segundo año la pueda llenar.

ANCAP: El FA tiene que generar una rendición de cuentas

¿El debate sobre ANCAP?

Lo que se sabe es preocupante, es una empresa pública emblemática del país, el primer batllismo la tenía como su empresa paradigmática, el primer Presidente fue Eduardo Acevedo Vázquez (1931 – 1933) una figura señera del primer batllismo y del país. Entonces, que ahora en 3 años haya 800 millones de dólares de déficit acumulado en sí mismo es sobrecogedor. Y porque nos tiene que impactar, porque ese dinero hay que traducirlo en que hubieran significado esos 800 millones en educación, en el salario de los docentes, en la revolución necesaria en ciencia y tecnología, que hubieran significado en infraestructura  en todas esas áreas en las que el país necesita grandes inversiones y no las tiene. ANCAP ha tenido grandes problemas de gestión. Quien más necesitado está en hacer un informe realista es el propio FA. El FA tiene que generar una rendición de cuentas, donde se reconozca que sí se equivocó, se equivocó. La Comisión Investigadora tuvo y tiene un espacio de aprovechamiento político, es innegable, y que no solo está en manos de la oposición sino también en manos de una parte del FA y esto también es innegable. Esto que explica lo que está ocurriendo,  no puede opacar lo que es un hecho que rompe los ojos, la gestión de ANCAP en estos últimos años ha sido muy deficitaria. Una empresa pública no puede ser un ente para generar rentabilidad para Rentas Generales. Este concepto no forma parte del viejo modelo tan exitoso en el Uruguay. Pero, tampoco puede ser una empresa que se permite un déficit, inapropiado, inadmisible, e inaceptable.

¿Cómo observó el debate público a la interna del FA?

Sacando la anécdota que ha tenido niveles bajísimos, por decirlo de la manera más prolija, el nivel de la discusión y la virulencia encubre un gran tema de discusión que el FA ha venido postergando y es el rol de las empresas públicas. Como las empresas públicas son vectores de desarrollo en un país como Uruguay, no es un tema solo para el FA sino para todo el país. Ha sido un tema de debate muy intenso, fue crucial en la mayor parte del siglo XX. Este debate enfrentó al Herrerismo y al Batllismo, el rol de las empresas públicas. Este debate, en buena medida, se reproduce dentro del FA. En el FA hay visiones diferentes, y esto tiene que ver con debates globales. Hay quienes dentro del FA ven a las empresas públicas con criterios de gestión que no son muy diferentes a los de una empresa privada, y la gestión debe primar sobre la política y que deben ser empresas que tienen que cumplir las funciones para las que fueron creadas y no tienen que ser vectores de un desarrollo estratégico sino que más bien tiene que transferir recursos y contribuir a la situación fiscal del país. Está la otra posición y es que una empresa pública no puede tener un gerenciamiento como el de una empresa privada,  que un gestor de política pública tiene que hacer otras cosas, no puede ser un empresario y tiene que contribuir a las políticas de Estado. Se piensa en las empresas públicas no como meras empresas por su gerenciamiento corporativo clásico, sino que se piensa con claves estratégicas, con claves coordinadas con proyectos de corte nacional. Es una muy buena discusión si se debate desde el punto de vista ideológico. El país y el gobierno pueden ganar mucho porque no son discusiones dilemáticas, esto no ha ocurrido, y la discusión de fondo falta. El FA tiene que respetar a la ciudadanía y a sus votantes y hacer un informe que no sea débil y opaco, que elude el conflicto, tampoco puede ser un informe insensato, dentro de la sensatez tiene que ser crítico y realista con el déficit de gestión.

¿La oposición sale fortalecida?

No lo tengo tan claro. Uno puede decir “sale fortalecido cuando el gobierno se desgasta” y aquí el gobierno se desgasto. Pero ese desgaste es producto de sus propias fallas, y por sus propias discusiones más que por iniciativa de la oposición.

¿La oposición colocó el tema de ANCAP en la agenda?

Hay mucha discusión sobre el tema pero era imposible que el FA se negara a la conformación de una investigadora. Raúl Sendic estaba “obligado” a que esto ocurriera. Otra cuestión es cómo se tramitó. El fuego más duro dentro de la investigadora fue el “fuego amigo”. Los principales problemas para Sendic y el directorio de ANCAP, provinieron de los dichos del actual Ministro de Economía Danilo Astori y del ex Ministro Fernando Lorenzo. ¿La oposición sale fortalecida? es muy pronto para saberlo. El Partido Colorado está en una situación crítica y no lo salvará la labor parlamentaria de sus legisladores. Lo salvará una revisión profunda que aún no pudo dar. El Partido Nacional, está en una situación muy diferente, tiene dos liderazgos afirmados, uno muy joven (Luis Lacalle Pou) y otro en los parámetros uruguayos, bastante joven (Jorge Larrañaga) y tienen que demostrar que pueden liderar un retorno del Partido Nacional al gobierno. Aún es muy pronto para saberlo. Hay otras incógnitas, Edgardo Novick pasó de ser crítico, a ser con quién pactó el intendente Daniel Martínez. En un momento pareció que Novick seguía de largo y proyectaba la Concertación a nivel nacional, pero fue frenado por los partidos tradicionales. Una Concertación a nivel nacional se podía volver un boomerang. La oposición tiene muchos problemas para tramitar y no basta con empujar al debilitamiento del gobierno. Así como el FA tiene que demostrar que puede gobernar bien en contextos de “vacas flacas”, la oposición tiene que probar que puede configurar una alternativa sólida. Este primer año marca rumbo pero no es definitorio, todavía falta bastante.

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