Uruguay planteará en ONU que políticas de drogas sean integradas con los instrumentos de DD.HH
Uruguay impulsará ante la Asamblea de Naciones Unidas el diálogo abierto sobre las drogas ya que el objetivo del gobierno es que las políticas de estupefacientes sean integradas con los instrumentos de derechos humanos.
El secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, dijo que Uruguay patrocinará en el marco de la Naciones Unidas la “diversidad de enfoques y el respeto a los derechos humanos” en el abordaje de la problemática de drogas.
La resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas a la que adhirió Uruguay recomienda incorporar dicho enfoque en la sesión especial de la Asamblea sobre el Problema Mundial de las Drogas de 2016.
A través del documento, se solicita a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos que “elabore un estudio sobre las repercusiones del problema mundial de las drogas en el ejercicio de estos derechos y realice recomendaciones respecto a su protección y promoción, con énfasis en las necesidades de las personas afectadas en situación de vulnerabilidad”.
El material deberá ser presentado en la 30ª Sesión del Consejo, que se concretará en setiembre de 2015.
Política de drogas
Romani resaltó que el objetivo de Uruguay es que las políticas de drogas sean “integradas con los instrumentos de derechos humanos”.
Otro aspecto que consideró relevante es el “reconocimiento de muchos países sobre violaciones a las libertades que se cometen en nombre de la guerra contra las drogas”.
Dijo que “existe aún una tensión a nivel mundial entorno a dos posiciones bien definidas: aquellos que, desde un enfoque prohibicionista y cuasi religioso, pretenden que todo siga como está y quienes buscan revisar la estrategia y analizar nuevos enfoques para fortalecer la lucha contra las drogas”.
En tal sentido, Uruguay patrocina junto a otros países la “diversidad de enfoques”. Hay algunos países en África, en Asia y en Europa del este que tienen un enfoque “prohibicionista rígido que no admite apertura”. Pero incluso en algunos de esos países se está empezando a aceptar cierta “flexibilidad”.
Mencionó como ejemplo “el éxito de los programas de intercambio de jeringas para combatir los problemas causados por la heroína o cocaína inyectable”.
“Por mucho tiempo algunos países miraron esta medida como una forma de incentivar el consumo, pero en los lugares donde se empezó a aplicar el intercambio de jeringas y la distribución de condones para evitar el contagio, se demostró que los índices de contagio del SIDA y las sobredosis bajaban. Vieron que este enfoque de reducción de daños era útil para preservar la vida”, sentenció.
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