En declaraciones al informativo Sarandí, Mujica reconoció lo insuficiente de lo realizado, pero reconoció existe “una muralla de silencio, desde luego, porque el concepto de verdad está bombardeado por el concepto de justicia. Es muy difícil que si yo les digo a los que tienen la verdad, ‘mirá que te meto en cana’, que me diga la verdad. Es una contradicción con patas”.

Añadió lo imposible que le ha resultado quebrar “el pacto de silencio” entre los militares, pero agregó seguir del mismo lado de las organizaciones de derechos humanos. “Lo poco que hemos sabido, lo hemos sabido muy desde el fondo de la realidad. Yo no tengo dudas de que existe tácitamente un pacto de silencio y que se cumple. Y eso nos bombardea por todas partes. Y no quiero pelearme con los organismos de derechos humanos, ni quiero pelearme con nadie; desde ese punto de vista estamos del mismo lado”, puntualizó.

El deseo de “superar las contradicciones” en el país “de la puerta abierta”

Mujica dijo que resulta imposible –pese a que comparte la necesidad de saber que ocurrió de mucha gente- el “agarrar a los militares de hoy, de generaciones que nada tienen que ver, ponerlos adentro de la bolsa y tratarlos de la misma manera. Y eso nos crea ciertas contradicciones. Espero que algún día las podamos superar”.

Entendió que en la materia, “el país tiene la puerta abierta, pero ¿y? ¿qué hacemos con protestas y con papelitos internacionales, si los que tienen sus verdades se las guardan? ¿cuál es la solución? ¿cuál es el mecanismo?. Esa es la realidad, si no se quiere ver, se nos crean estas contradicciones”, dijo.

En cuanto a los reclamos de la Comisión Internacional de Juristas les espetó: “La Comisión de Juristas está allá, con buenos sueldos, y acá no vienen a dar una mano. Acá tienen la puerta abierta, que vengan a averiguar todo lo que quieran, la Corte de La Haya y la mar en coche”.

En cuanto al ministro de Defensa, Fernández Huidobro y su enfrentamiento con organizaciones de derechos humanos, dijo que “tal vez se ofendió, y sin tal vez, ofendió y se sintió ofendido. Hay que respetar a los organismos que pelean por los derechos humanos, en una causa noble. Pero nosotros no estamos en la vereda de enfrente y, al fin y al cabo, nosotros nos hemos comido la que nos hemos comido y somos parte del asunto”, concluyó el.