Amodio Pérez: quinta carta, mayo 2013

Héctor Amodio Pérez hoy, mayo 2013

Héctor Amodio Pérez escribió a Marcelo Estefanell:

Durante estos años he recordado muchas veces el momento en que Wolff y yo llegamos a tu casa a buscar ayuda para rescatar a los compañeros que se habían quedado en los caños de Pocitos. Nunca supe tu nombre ni las señas de tu casa.
En esta carta voy a referirme a dos temas que tocás el 12 de este mes en Océano FM: uno, el de la columna 15 y otro mi presunto desconocimiento de la evolución política en el Uruguay.

Con relación a la Col. 15, empleás casi las mismas palabras que Mujica en el libro de Campodónico: le tocó en suerte dirigir la Col. 15. Parece como si la 15 estaba ahí, con sus militantes, sus locales, sus grupos de acción y de servicios prontos para actuar, esperándome para que yo la dirigiera.

No es así. En el simposio que se desarrolló en Marquetalia en 1968, cuando se discutió las renuncias de Alicia Rey y Raúl Sendic, se aprobó un cambio organizativo al que luego se llamará de descentralización. El proyecto consistía en dividir lo que era en esos momentos el MLN en sectores autónomos dependientes del CE en cuanto a las acciones de lucha armada, que fueran capaces de reproducir en su interior el esquema organizativo imperante en esos momentos y que tenía como objetivo preservar a la organización (MLN) ante posibles caídas. Espero que conozcas parte de esta historia.

Ese proyecto lo presentamos Alicia, Alfredo Rivero Cedrés que todavía estaba en la legalidad y yo. La inmensa mayoría de los presentes no creía en el proyecto. El CE en esos momentos lo formaban El Ñato, Marenales, el Inge Maneras, que no participó por estar en Cuba y Sendic. El Ñato y Marenales se oponían frontalmente al proyecto y el Bebe lo apoyaba pero planteaba que fueran independientes en la selección de las acciones, lo que era un verdadero disparate, pero que muestra que ya en 1968 Sendic era partidario del dislate organizativo que impondrá en la Col. del Interior sin que el Negro Mansilla pudiera remediarlo. El único que apoyó el planteo fue el Beto Falero.

Sin embargo, se decidió “hacer la prueba” a ver qué pasaba y se dividió al MLN en dos sectores a los que se llamó columnas y se puso al frente de ellas a compañeros que durante la discusión eran contrarios al proyecto, con la excepción de Falero.
Para desarrollarlo se necesitaría dinero, por lo que se encomendó a Falero la realización de una operación de finanzas. Este, con el buen criterio que mostró siempre, me eligió como corresponsable y empezamos a estudiar el casino de Carrasco. En esos momentos yo tenía el contacto de Teresa Labroca, que era una “periférica”,  pero que fue de gran utilidad para el estudio del casino. Más adelante y como resultado de esa colaboración pasará a la clandestinidad y tendrá fundamental importancia en el Francés Italiano. Me gustaría referirme a ella en otro momento, ya que es un claro ejemplo de militante formada en la columna 15 y con la que tengo una deuda de tipo moral que reconozco abiertamente. Nanette, perdón. *
En el Francés Italiano participó también una profesora del liceo de Malvín, de la que nunca supe cómo se llamaba ni dónde vivía hasta que fue detenida.

Con el dinero del casino empezamos a llevar adelante la descentralización y a los pocos días es detenido Marenales y el Ñato y el Bebe deciden mi incorporación al Ejecutivo, donde permaneceré hasta mi primera detención en 1970 e impulsaré la descentralización hasta hacerla imparable y fruto de ella será el desarrollo y crecimiento de los años 1969 y 1970.

Pues bien, cuando me incorporo al ejecutivo la 15 no existía: la hicimos entre todos los que estábamos nucleados alrededor de Alicia y yo, que formamos parte de su primer comando, Alicia como responsable política, yo en lo militar y Pablo Blanco, como responsable de servicios. El desarrollo de las columnas fue muy desigual, porque desiguales fueron los criterios con que se llevó adelante. Lo que nos distinguió fue el concepto de trabajo en equipo desde el comando de la columna, que se trasladó a todos los estamentos de la 15 y si vos estabas en contacto con  Wolff sabrás que esto es así.
Sobre el otro punto, decís que no entiendo la evolución política y que estoy perplejo porque Mujica sea el presidente y el Ñato sea ministro.

Trataré de explicarme mejor. La carta enviada el 19 de marzo (los destinatarios los elegí pensando que a alguno le podría interesar publicarla) como bien decís lo que me motivó a escribir fue la entrevista al flaco Zabalza. Como digo en la carta, hay en esa entrevista dos puntos que fueron fundamentales: el 35 y el 40, aunque ya que estábamos empecé por el tema del machismo.

Yo no considero traidores ni al Pepe ni al Ñato. He festejado, dentro de ciertos límites, el triunfo del Pepe y considero que está actuando dentro del marco que el sistema le permite, igual que los demás, desde Lula hasta Correa. El que los critica con dureza es el Flaco y el que ha dicho que el Ñato ha traicionado ha sido el Flaco, y las polémicas con el Pepe lo insinúan. A mí, lo que hagan, en el fondo no es asunto mío y no me afectan más que lo que puede afectar a alguien que viva en Bolivia o Mali, por aquello de la lucha contra el capitalismo. Ni estoy perplejo ni cabreado. Más bien, estoy indiferente.
Otra cosa es con relación al pasado, donde pienso que ambos, unidos al Bebe y al viejo Julio, han actuado con una deshonestidad total.

Cuando Zabalza dice que hay secretos que se llevará a la tumba, (punto 35), pienso que uno de ellos es cómo se fraguó la historia de la traición, que no surgió por casualidad, sino que fue una decisión que tomaron entre Marenales y Sendic a espaldas del Alemán, en el Santiso, donde yo discutí con el Ejecutivo antes que a Wolff y a mí nos mandaran al local de Planimetría. Me lo dijo el Nepo en el Florida. Y me pregunto cómo es capaz de llamarme traidor, sabiendo que la acusación es falsa y no llamarlos traidores a ellos, que según Zabalza están traicionando los “viejos ideales” ¿O no fue Zabalza el que escribió “¿Para qué sobrevivimos, Ñato?”

En el punto 40, Zabalza también se refiere al Sr. ministro y hace referencia a una toma de posición que él tuvo favoreciéndolo en contra de Sendic, pero no dice ni el cómo ni el cuándo. Yo lo animo a hacerlo, en aras de su actual tan cacareada defensa de la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

En fin, lamento haber callado durante tanto tiempo. Si bien al principio me bastó con nuestra libertad y la posibilidad de encarrilar nuestras vidas de forma diferente, con hijos, nietos y demás zarandajas, un viaje que hice a Montevideo en 1998, mi primera vuelta al pago patrio –no en el 94, como dice el Flaco– me hizo pensar en retomar la historia del MLN. “No es el momento”, me dijeron todos los allegados, mi padre fundamentalmente. Así me fui aguantando, año tras año. Hoy, nadie me ha dicho “no lo hagas”. Mi padre, el único sostén que tuve durante mucho tiempo ya no está.

He enviado a los mismos de antes más datos para que verifiquen la autenticidad. Espero que lo hagan, que publiquen íntegra la carta y, a partir de ahí, que cada palo aguante su vela. En cuanto a lo de la OCOA y lo que dice Zabalza, la OCOA no valió para nada, al menos en el tiempo que yo tuve acceso a los listados y declaraciones (estoy intentando recuperar las copias que hice en su momento para callar algunas bocas) y no valió para nada porque era una sigla, nada más y se producía tanta información a diario, con cuarenta o cincuenta procedimientos, con detenidos por docenas que conocían cada uno a veinte o treinta, que señalaban locales y domicilios que ya habían sido allanados por otros cuerpos, que a los quince días se resolvió dejarlo por imposible. Lo que nos salvó fue el intento de hacerle la boleta a Méndez, aunque yo, para sacar a la Negra de la cana, hubiera hecho cualquier cosa.

Héctor Amodio Pérez
* Nanette, he buscado noticias sobre ti y no encuentro nada. ¿?

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