Tumores inciertos

Salud Pública y el Partido Nacional tensan la polémica por la negativa del MSP a disponer la vacunación masiva contra el cáncer de cuello de útero

Vacuna para niñas y jóvenes antes de su iniciación sexual

Autoridades de Salud Pública presentaron el Programa Nacional Integral de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, el cual es «el único tipo de cáncer que surge de una enfermedad de transmisión sexual y por ende, se puede prevenir», afirmaron, pese a que ambos hechos -que sea de transmisión sexual y prevenible- no implica absolutamente nada en la decisión de aplicar o no aplicar una vacuna.

«Aclararon», además, «que la vacuna no es 100% segura porque previene 2 de los 4 tipos de HPV».  Lo que no «aclararon» -ya que estaban hablando de eso y no les costaba nada- es que precisamente esos 2 tipos de HPV son causantes de la inmensa mayoría (nada menos que del 70%) de los cánceres de cuello uterino. Ni tampoco enfatizaron que para esa mayoría de casos, la vacuna tiene una efectividad altísima.

Agregaron los jefes de Salud Pública  que «no se debe generar falsas expectativas acerca de no necesitar controles ginecológicos ni uso de preservativos», lo cual equivale a decir que llueve de arriba para abajo, es decir, una perogrullada que nadie ha rebatido.

Fue el subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo el que salió a dar la cara por el ministro del ramo Jorge Venegas, el hombre que decide y punto.

Briozzo estuvo rodeado de varios jerarcas sectoriales del área salud. Dedicó toda su exposición a ponderar la importancia de extender  el porcentaje de estudios de papanicolau, vinculándolo a la bandera de la «equidad» porque, sostuvo, las mujeres pobres (perdón, «con mayor vulnerabilidad social» es la forma dicha), se hacen menos test de los necesarios, mientras que las ricas («las que tienen una mejor posición socioeconómica») se hacen demasiados controles (sic).

Lo que no dice el ministro por boca de Briozzo es que esas mujeres ricas tienen cómo pagarse los 500 dólares de la vacuna y listo, con este o con cualquier otro ministro de Salud Pública. Y que en el tapete, lo que está, es ponerla o no ponerla al alcance de las mujeres que no pueden pagarla. Es a ellas, y no a aquellas, a quienes afecta la decisión del MSP pronunciada como oda a la «equidad».

Para Briozzo-Venegas «las prioridades son otras» se dijo, luego de ironizar con que el costo de la vacuna, si ésta fuera de acceso general, «no sería problema».

Como antaño Viglietti «a desalambrar», ayer Bergara «a desdolarizar», Briozzo llama hoy «a desmitificar».  A desmitificar la vacuna, dijo, pese a afirmar después que el MSP «espera implementarla», en algún punto ignoto del indefinido futuro. Pero, agregó a párrafo seguido, «sin descartar  la necesidad de la realización del PAP», cosa que nadie, como aquello de la lluvia, hubiera insinuado.

El Partido Nacional, por su parte, emitió una carta pública dirigida al presidente Mujica en la cual «exige» que la vacunación contra el cáncer de cuello uterino se practique «en forma forma universal, obligatoria y gratuita». Faltaba más.

Lea AQUI la versión oficial de Presidencia

Texto de la carta del Partido Nacional

El 16 de mayo de 2007, el Partido Nacional reclamó al entonces Presidente Tabaré Vázquez, que nuestras niñas y jóvenes pudieran acceder a la vacunación contra el virus HPV, a través de una carta, en los siguientes términos:

«Su condición de Jefe de Estado, su posición en la comunidad científica médica, nos han impulsado a hacerle llegar la preocupación que sentimos, y que nos trasmiten las familias uruguayas en relación a la salud de sus hijos.

Uno de los cánceres que mutila y mata más mujeres en el Uruguay es del de cuello de útero. Cada un día y medio muere una compatriota que obviamente sufrió el desarrollo de una enfermedad, en cuyo padecimiento fue objeto de tratamientos de crioterapia, conificación, radioterapia, o han tenido que ser intervenidas para someterlas a extirpaciones.»

En el presente Gobierno, hasta la fecha y luego de innumerables gestiones políticas, cinco años y tres meses después, el MSP se niega enfáticamente, con argumentos frívolos, a desarrollar la vacunación contra el cáncer del cuello de útero, una medida indiscutida por la comunidad científica internacional y nacional, y recomendada especialmente como factor decisivo de prevención.

La posición del Ministerio de Salud Pública, carente de justificativos científicos y técnicos constituye una grave omisión cuando impide, deliberadamente, que niñas y jóvenes sean inmunizadas contra un virus que cobra una muerte cada día y medio en nuestro Uruguay. Como consecuencia de este capricho injustificado las niñas y jóvenes de familias pobres nunca podrán acceder a esta vacuna, constituyendo una discriminación en el acceso a la salud.

Por lo expuesto, apelando a su responsabilidad como Primer Mandatario, el Partido Nacional exige que se disponga la inmediata incorporación de la vacunación contra el virus del HPV en forma universal, obligatoria y gratuita.

Te puede interesar

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje