NO HAY PRISA

Sommarøy: La isla noruega que quiere prohibir los horarios

Los isleños viven al menos 69 días al año bajo la perenne luz del sol, por lo que quieren abolir la rigidez de los usos horarios.

Sommarøy, Noruega. Foto: Wikimedia Commons
Sommarøy, Noruega. Foto: Wikimedia Commons

En esta pequeña isla del Círculo Polar Ártico viven poco más de 300 personas. Para ellos, los relojes no tienen mucho sentido porque la distribución de horas de luz o de oscuridad no es para nada parecida a las que estamos habituados en el resto del mundo.

A lo largo del año, pasan unos 69 días en la perenne luz del día, y en el otro extremo del año pasan una cantidad semejante de jornadas en absoluta oscuridad. Sus vidas se desarrollan con tanta paz y tranquilidad que consideran que las pautas que establecen los relojes son rígidas e innecesarias.

A mediados de mayo, todos los pobladores se reunieron en una asamblea en la cual uno de ellos presentó una idea loca pero interesante: eliminar los horarios. La comunidad local estuvo de acuerdo, porque creen que los largos períodos de sol de medianoche o los días oscuros hacen que no necesiten saber qué hora es.

El nombre Sommarøy proviene de «Sommar», que significa verano, y «øy», que significa isla.

Flexibilidad total

“En mitad de la noche, lo que la gente de la ciudad podría llamar dos de la mañana, puedes ver a niños jugando al fútbol, a gente pintando sus casas o cortando el césped y a adolescentes nadando”, apunta Kjell Ove Hveding, el isleño impulsor de la idea.

«Nuestro objetivo es proporcionar la máxima flexibilidad, 24 horas al día y siete días a la semana. Si quieres cortar el césped a las cuatro de la madrugada, hazlo», agregó.

«En todo el mundo, las personas sufren mucho estrés y depresión. En muchos casos, esto puede estar relacionado con la sensación de tener largas jornadas, y aquí el reloj juega un papel importante. Seremos una zona libre de tiempo donde todos puedan vivir sus vidas al máximo”, agregó Hveding.

Muchos se preguntarán cómo hacer con las clases cuando los niños vuelvan de las vacaciones de verano. «Los niños y los jóvenes todavía tienen que ir a la escuela, pero hay espacio para la flexibilidad», explicó.

Algunos se muestran un poco escépticos con la propuesta. «Creo que esta idea es emocionante pero también un poco rara», dice Malin Nordheim quien es recepcionista en el Sommarøy Arctic Hotel porque cree que será un desafío a la hora de hacer check-in y check-out a los huéspedes así como al establecer los horarios de apertura del bar y restaurante.

El objetivo de esto al final es que la isla se vuelva un destino turístico para aquellas personas que estén bastante cansadas de seguir horarios y de trabajar mirando el reloj. Hveding confía en que la idea puede contagiar a otras islas del mundo en donde se pueden deshacer de los innecesarios relojes.

 

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