TURISMO GALOPANTE

Venecia empezará a cobrar entrada para frenar las descontroladas hordas de turistas

La histórica cuidad italiana tiene problemas para controlar la cantidad de visitantes que llegan todos los días. Desde los cruceros, que causan inundaciones en las calles aledañas al puerto, hasta los visitantes que no dejan ganancias a la industria local, Venecia lucha contra lo que para ellos es una plaga.

Los cruceros causan inundaciones en la ciudad, y sus turistas no dejan muchas ganancias a los comercios locales. Foto: Pixabay
Los cruceros causan inundaciones en la ciudad, y sus turistas no dejan muchas ganancias a los comercios locales. Foto: Pixabay

El gobierno de Italia aprobó en su presupuesto de 2019 una cláusula por la cual se habilita a las autoridades locales de Venecia a que cobren una entrada de 10 euros (unos US$11.5) a quienes deseen ingresar a la ciudad. Los turistas que llegan por aire ya pagan un «impuesto de aterrizaje» pero la nueva tarifa está mayormente dirigida a quienes arriben en cruceros, uno de los principales problemas infraestructurales y económicos que tienen.

Los locales llevan años reclamando controles efectivos al turismo masivo, que ha incrementado sin cesar y que, aunque parezca mentira, no deja grandes ganancias. Muchos de los visitantes que entran por barco o por tierra vienen más que todo por las fotografías, pero no suelen comer en restaurantes, comprar souvenirs ni dejar suficientes dividendos para que la molestia, al menos, valga la pena.

Más de un millón de pasajeros llegan en cruceros cada año, o sea que el ingreso para la ciudad sería de varios millones de dólares, dependiendo de la temporada. Se espera que se fije en € 2.50 a € 5 por persona, pero en las horas pico en el verano podría subir a € 10. Venecia planea tener el impuesto establecido para la temporada alta de 2019.

Balance

Cuando un gigantesco barco lleno con miles de turistas y cientos de personeros de tripulación llega a Venecia, el nivel de las aguas sube ligeramente causando inundaciones en las calles aledañas. Muchas casas, comercios y edificios históricos -algunos de cientos de años de antigüedad- terminan inundados; algunos se han adaptado pero otros se siguen molestando porque esto es algo que no pasaba hasta que la industria de cruceros atracó allí.

Es por eso que se crea el impuesto dirigido a este mercado, porque son los que más problemas causan.

Se aplicará solo a los turistas, pero no está claro si reemplazará un impuesto municipal ya aplicado a los ocupantes de hoteles y hospedajes. Ese impuesto genera aproximadamente 30 millones de euros anuales, pero el «impuesto de desembarque» podría generar más, aproximadamente 50 millones de euros.

Los pasajeros de cruceros son fácilmente identificables, ya que ingresan por el único puerto de embarcaciones de gran tamaño que tiene la ciudad, pero será más difícil cobrar esos 10 euros a quienes lleguen por tren, carretera o aire.

Los residentes, trabajadores y estudiantes estarán exentos del impuesto.

 

 

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