‘La vegetariana’, de Han Kang: Una mujer que rechaza el rol secundario que le dio la sociedad por ser mujer

La escritora coreana obtuvo el premio Man Booker Prize International por su novela sobre una mujer que rechaza toda forma de violencia humana, como la del machismo y la colocación de la mujer en segundo plano, y hasta la propinada a los animales, convertidos en materia prima alimenticia y mercantil.

Portada de La Vegetariana en su versión en español (Editorial Bajo La Luna)
Portada de La Vegetariana en su versión en español (Editorial Bajo La Luna)

La Vegetariana no es un libro de recetas, o una compleja y sanguínea diatriba al consumo de carne. De hecho, este tema se toca de forma tácita y casi etérea, siendo una conclusión casi automática desde varios planteamientos.

De hecho, el libro se podría resumir como un manual contra la intolerancia. La Vegetariana, de la escritora surcoreana Han Kang, recrea una oscura fábula sobre una mujer que se siente tan alejada de su condición de humana, y de lo que la humanidad representan en conjunto, que no le importaría convertirse en planta, y termina casi convenciéndose de ser una.

Escrito en 2007 en su idioma original, la novela fue doblada al inglés recién en 2016, lo que la puso en competición en el premio Man Booker Internacional, que valoró la lírica y la poética del relato y la forma de mostrar que una decisión individual, que se aleja del resto, puede provocar cambios en el entorno y en la comunicación entre este y el individuo.

Oda a la rebeldía

La Vegetariana habla sobre Yeonghye, una esmerada ama de casa que ha aceptado por años su rol secundario en la sociedad surcoreana, pero que un día explota y decide rebelarse contra lo establecido. Parte de su alzamiento gira en torno a convertirse en vegetariana.

La primera parte está narrada por el esposo de Yeonghye, un hombre que sólo ambiciona no pelear ni discutir con su mujer, de la que no reclama grandes entregas. “Su manera de ser sobria, sin ninguna frescura, ingenio ni elegancia, me hacía sentir cómodo”, relata una parte del primer capítulo.

Pero a los cinco años de casados, ella decide volverse herbívora de forma tajante, tirando a la basura toda la carne que había en la heladera, pues ya no tolera ni siquiera estar en presencia de esta.

Ahí empieza el caos: ella adelgaza sin control, y sus padres, hermanos y esposo le cuestionan constantemente la decisión, casi al punto de la asfixia, llevándola hasta un intento fallido de suicidio.

El libro no pretende deslizar ningún panfleto ecologista o pro animales, sin más bien una visión personal de la intolerancia que puede atrofiar decisiones tan personales como cambiar de hábitos alimenticios. Y es que, ¿quién no se ha enfrentado a las miradas acusadoras y de horror al pedir un menú vegetariano en un restaurante? ¿Acaso están exentos de burlas los vegetarianos en las fiestas o asados?

Además, la historia contiene elementos de la sociedad coreana, como la extrema competitividad o la baja tolerancia a la diversidad. El libro fue criticado con dureza en su país, donde las carnes y las proteínas animales forman parte integral de la comida típica y de la cultura en general, pero a pesar de ello, ya se ha editado 17 veces y ha vendido más de 20.000 ejemplares.

Actualmente se está doblando a varios idiomas, y ya está disponible en español e inglés.

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