GRANADA, NICARAGUA

Una cafetería nicaragüense donde solo trabajan personas sordas

En la ciudad nicaragüense de Granada, todos conocen el "Café de las Sonrisas", un interesante lugar donde todos sus empleados son sordos, y sus comensales son invitados a conectarse con los empleados y conocer su realidad de cerca.

Foto: Café de las Sonrisas
Los comensales son invitados a ponerse tapones en los oídos, para experimentar cómo se vive con sordera. Foto: Café de las Sonrisas

Un plantel de siete empleados con sordera forman parte del Café de las Sonrisas, un emprendimiento del español Antonio Prieto Buñuel, ubicado en Granada, una colonial ciudad al suroeste de Nicaragua apostada a la orilla del Lago Nicaragua.

Antonio dirige el café, junto con la organización Centro Social Tío Antonio, dedicada a impulsar proyectos de inserción laboral para personas con capacidades distintas o reducidas. Los comensales interactúan con los camareros que les enseñan a deletrear su nombre y los platillos con lenguaje de señas. Para Prieto, los empleados se toman el trabajo como algo más que un trabajo, debido a la realidad que viven en el país las personas con alguna discapacidad.

Hace ya cinco años que están abiertos y, según cuenta Antonio, nadie apostaba «un peso» por ellos. «Tengo el oficio más bonito del mundo: demostrar que no hay un lenguaje más universal que una sonrisa», afirma orgulloso y convencido de lo positivo de su labor para las personas que emplea.

Generar empatía

Originalmente, Antonio fue a Costa Rica para investigar la oportunidad de abrir un restaurante, pero después tuvo la oportunidad de visitar Nicaragua y fue cuando conoció a un joven con discapacidad auditiva, quien le presentó a una profesora y a otros amigos con condición semejante.

«El proyecto tuvo muy buena acogida, pero seamos sinceros, nadie apostó un peso por nosotros. Decían que era una gran idea pero en sus palabras detectabas que te decían ‘en tres meses cierras'», afirmó Prieto en una entrevista al Hufftington Post.

«Hoy sentimos un gran respeto, sobre todo por los chicos y chicas, que se han ganado el respeto de toda la gente y es un orgullo», agrega.

A diario reciben a decenas de clientes, a los que invitan a colocarse tapones en los oídos para que experimenten, al menos por un rato, qué se siente tener problemas auditivos. De esta forma intentan generar una conexión empática, más allá de la relación entre mesero y cliente, y darle un lugar importante a estas personas en la sociedad.

Los datos más recientes que tiene Nicaragua sobre población con discapacidad datan del 2003, cuando la Encuesta Nacional de Discapacidad concluyó que 461.000 personas mayores de 6 años presentan algún tipo de discapacidad en el país. De ellos, el 75% sufre algún tipo de problema de movilidad, y el 58% tiene problemas para comunicarse, debido a distintos tipos de condiciones.

El más grande problema es la desocupación de estas poblaciones, pues el 99% están desempleados, a pesar de que el 56% viven en zonas urbanas, un total de 299.936 personas. Este problema se agrava por el alto nivel de analfabetismo, pues cerca de 44% no saben leer ni escribir, algo que en un país en vías de desarrollo como Nicaragua es crucial para el crecimiento personal.

 

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