Pixar estrena “Un gran dinosaurio” pero las críticas son contradictorias para el 16º film de la compañía

Con la dirección de Peter Sohn, llega ahora la 16ª película de Pixar, donde se cuenta la historia de Arlo, un tímido y pequeño dinosaurio que le tiene demasiado miedo a todo como para pensar en sobrevivir en este planeta.

El guión marca una historia relativamente original: ¿qué hubiera ocurrido en la Tierra si los dinosaurios nunca se hubiesen extinguido y hubieran llegado incluso a tener sus propias mascotas, para este caso niños gritones? Así es el contorno del film donde los dinosaurios son agricultores e incluso crían sus propias gallinas.

Pero Arlo, como todo pequeño por muy dinosaurio que sea, tiene también algún deseo de hacer algo fuera de casa: así se irá al bosque durante un día de trabajo en la granja paterna, se perderá y se encontrará con Spot, un niño salvaje. Por supuesto que habrá aversión inicial, peligros compartidos y amistad solidaria después en una línea clásica relativamente común para los dibujos animados infantiles.

Los esfuerzos de Pixar y las primeras críticas

Pixar parece haber focalizado como nunca antes los escenarios “naturales” de la película, todo ellos inspirados en las cadenas montañosas de Estados Unidos, cuyos ríos, lagos y alturas nevadas, son llevados al máximo de embellecimiento por la tecnología computarizada. Por otra parte los dinosaurios en una gama inusitada de “humanización”, con cowboys tiranosaurios, velocirráptores bandidos,  y pterodáctilos socorristas, conforman una familia atractiva más allá de lo trillado del tema.

Los portales de análisis cinematográfico discrepan sobre el resultado: para The Wrap, cumple con los niveles a que nos tiene acostumbrados Pixar, aunque reconoce no es su mejor película.

The Hollywood Reportes, sintetiza su calificación en una sola palabra: “Decepcionante”.

Chicago Sun Times, la coloca a mitad de camino entre lo mejor y lo peor de Pixar que viene de cumplir sus primeros veinte años de cine.