DE VIAJE

Nueva York para principiantes: como volver la primera vez y decir conocerlo todo

Para el que viaja por primera vez a la capital del mundo –mal que le pese a más de uno, lo es- hacerlo creyendo poder conocerlo todo en una misma recorrida, es tan utópico casi como querer conocer toda Europa en una semana. Sin embargo no hay que perder los “tips” imprescindibles para contar a la vuelta lo suficiente, y estar en condiciones de responder a más de un envidioso, sobre lo que se ha conocido y aprendido.

Central Park

Lo primero de todo es abrir la mente y derribar los arquetipos que uno lleva consigo: Nueva York es por sí misma la ciudad donde todo, absolutamente todo, es posible… aunque a veces pueda resultar un poco caro. Obviamente que antes que nada hay que tener un hotel asegurado –por eso los paquetes turísticos son imprescindibles en una primera visita-ya que salvo ser un jeque persa, o tener una tarjeta de crédito dorada, puede ser absolutamente imposible encontrar donde dormir. Que fuera de temporada es posible?  Negativo. Nueva York está siempre en temporada.

Así las cosas, sacarse los prejuicios rioplatenses y ponerse lo más cómodo posible: las caminatas serán largas y los championes deben ser los mejores (en Nueva York no son caros y los hay de las mejores marcas) Claro siempre y cuando usted no haya viajado para la nevada Navidad, entonces es otra cosa. La ropa para corretear por la city, confortable al máximo ya que nadie lo va a mirar: no es Montevideo y si alguien lo reconoce, directamente vaya y compre un número de lotería, ya que tal vez sea el día en que las coincidencias de una en mil millones están de su lado.

No sea prejuicioso: tómese un ómnibus turístico

Los muy afectos a hacer todo por si mismos querrán conocer la ciudad caminando y en subte: imposible. Lo básico ineludible es tomarse un ómnibus de turismo, sentarse en el primer piso y disfrutar del paseo que lo introducirá al menos en lo elemental de la cuestión. Aunque el paseo puede demorar de una hora y media a toda una jornada, esté tranquilo que no se aburrirá ya que la capital del mundo supera la capacidad de asombro del más pintado.

Lo ineludible: los museos. Más allá que usted aspire descollar de conocimientos cultos al regreso, los propios europeos reconocen que los museos neoyorquinos son mejores que los del viejo continente. No se inquiete, tampoco se aburrirá. Ciencias Naturales, Frick Collection, Guggenheim, MOMA, Metropolitan, etc.etc.etc., alguno tiene con seguridad algo que al lector siempre le hubiera gustado aprender y conocer más: esta es la oportunidad, no lo dude, no perderá el tiempo.

¿Comer? A diferencia de Uruguay, acá el entretenimiento es tal que comer se olvida. Pero cuando el estómago lo exija, por supuesto el mundo gastronómico es sin fin. Pero no tema de comerse un pancho en un carrito de la esquina (aunque ojo con los condimentos que suelen ser sabores mexicanos): la comida “de la calle” suele estar tan inspeccionada como la que más. Si quiere ahorrar, las hamburguesas son la comida del diario de millones de trabajadores y difícilmente alguien estafe a los consumidores.

Compras? Ahh si, compras. Y bueno, si la billetera está forrada: Saks Fifth Avenue, Bloomingdale´s, Macy´s, todas las tiendas del Midtown. Aunque los entendidos dicen que si vas a pasar por Miami, esperes: allá en el sur los “sales” y las ofertas, son mucho mejores. 

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