Gobierno de EE.UU. avanza sin rumbo hacia el pico de la pandemia

El presidente de los Estados Unidos, cambia de dirección constantemente de estrategia en medio de la pandemia del coronavirus, mientras que el país se convierte en uno de los focos de contagio más grandes del mundo y el más importante en el continente americano.

Tras haber tratado de minimizar y relativizar las medidas sanitarias durante semanas, Trump se presenta a hora como un presidente «en tiempos de guerra», pero usa sus redes sociales para disparar a mansalva mensajes confusos y ambiguos.

Se sobreentiende que un país federal es difícil de coordinar en situaciones como esta, pero hay casos de éxito de unión, como Argentina o Alemania. En Estados Unidos, el gobierno federal y los gobiernos de cada estado no trabajan en conjunto y parecen no estar hablando el mismo idioma.

Entre la salud pública y la economía

En el Congreso, tampoco hay humo blanco: los demócratas y republicanos no llegan a un consenso para aprobar un plan económico de emergencia de casi 2 billones de dolares (2 millones de millones) para reactivar la economía ni bien termine la crisis.

Trump y su administración se balancean en la cuerda floja entre cumplir objetivos sanitarios y mantener a flote la economía, ya que su bandera de campaña para la reelección era el bajísimo desempleo de menos del 3% y el crecimiento económico astronómico del último año.

«No podemos dejar que el remedio sea peor que la enfermedad», escribió en Twitter Trump en uno de sus habituales mensajes escrito totalmente en mayúscula, algo que en internet se entiende como gritar.

«Al final de este periodo de 15 días, ¡tomaremos una decisión sobre el rumbo que queremos tomar», agregó.

Las autoridades sanitarias discrepan con la calma que quiere impregnar Trump en la realidad: saben que lo peor está por venir y Estados Unidos es el país del primer mundo con el peor sistema de salud publica con nada menos que 28 millones de personas sin acceso a lo más mínimo de atención hospitalaria.

«Quiero que Estados Unidos lo entienda: esta semana la situación va a empeorar», declaró al canal NBC el administrador de Salud Pública, Jerome Adams, quien instó a la gente a quedarse en sus casas.

Sin una cura a la vista en el corto plazo, la única opción para vencer al coronavirus es el encierro y el aislamiento social. En Estados como Nueva York, que tiene el 6% de la población nacional, tiene más del 50% de los casos del país (unos 20.000 y 157 fallecidos). Sin embargo, el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, no ha instaurado la cuarentena obligatoria y opta por apelar a la voluntad de la ciudadanía. El segundo estado más afectado es el de Washington, en el otro extremo del país, pero con un escenario ciertamente más halagüeño: Hasta el lunes se contabilizaban cerca de 1.900 casos y 98 fallecidos.

A pesar de todo, Cuomo goza del beneplácito de los neoyorquinos. Con calma, claridad y franqueza, sus explicaciones casi pedagógicas, se ha convertido en un líder que envidian otros estados.

Mientras, Trump sigue con su campaña por la reelección y convoca mitines cada tanto para capitalizar votos y postergarse cuatro años más en la Casa Blanca.