TORTURAS

China: Miembros de minorías religiosas son enviados a «campos de reeducación» en lo que son torturados

Datos filtrados en internet, y analizados por un consorcio internacional de periodistas, revelan que el gobierno chino estaría enviando a musulmanes uigures a centros de detención por practicar su religión.

Los uigures son enviados a los llamados "campos de reeducación", en los cuales se les obliga a olvidar sus tradiciones y orígenes étnicos. Foto: dominio público
Los uigures son enviados a los llamados «campos de reeducación», en los cuales se les obliga a olvidar sus tradiciones y orígenes étnicos. Foto: dominio público

Una base de datos filtrada en internet da cuenta de las torturas psicológicas y físicas a las cuales están siendo sometidos los integrantes de la minoría musulmana uigur, cuyos territorios están en China, y que resultan incómodos para el gobierno de Pekín.

Dejarse crecer la barba, usar velo o visitar «accidentalmente» sitios web extranjeros podría ser una de las causales para que el gobierno los envíe a los llamados campos de reeducación que, según las autoridades, están diseñados para erradicar el extremismo.

La base de datos recientemente revelada, conocida como la «lista de Karakax», comprende 137 páginas y expone en detalle las principales razones de la detención de más de 300 personas en un complejo cuasi carcelario, ubicado en el borde del desierto de Taklamakan, en la región autónoma uigur de Xinjiang.

Otras de las razones por las cuales los uigures están siendo enviado a estos campos de tortura son solicitar un solicitar un pasaporte o contactar a un familiar que vive en el extranjero. Todos los que están hoy adentro fueron arrestados entre 2017 y 2018.

DW, las cadenas alemanas NDR y WDR, y el diario Süddeutsche Zeitung, el New York Times y decenas de medios del mundo, acuerpados detrás del Consorcio Internacional de Periodistas, pasaron semanas traduciendo el documento del idioma chino y analizando sus datos.

 

Torturas y discriminación

Los uigures son una etnia musulmana de habla turca que han habitado por generaciones en el oeste de China. Entre ellos hay tendencias separatistas, reivindicando la autonomía de la región de Xinjiang.

El gobierno chino los cataloga en distintos grupos: «no confiables», «confiables», «normales», «buenas personas» y otras. Además, las familias también son etiquetadas como núcleos con atmósferas «ligeras» o «pesadas», en relación a la su fervorosidad religiosa.

Otras razones enumeradas para el internamiento incluyen «infección religiosa menor», «perturba a otras personas al visitarlas sin motivos», «familiares en el extranjero» y «persona no confiable nacida en una década determinada». El último parece referirse a hombres más jóvenes, según un análisis de los datos realizado por Adrian Zenz, un experto en los centros de detención que compiló un informe sobre la lista de Karakax.

Dentro de los centros de «reeducación» son obligados a hablar en chino y a dejar sus lenguas autóctonas, cantan canciones ultranacionalistas que alaban al Estado chino, al gobierno y al Partido Comunista, y se les habla exhaustivamente del presidente Xi Jinping.

 

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