Trump, el primer presidente estadounidense en participar en una marcha antiabortista

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, alguna vez se declaró «pro-elección», o sea que estaba a favor de que las mujeres tuviesen la opción del aborto. Sin embargo, ahora se declara antiabortista y «pro vida», un concepto que han monopolizado las personas que se oponen a la disponibilidad de esta práctica médica.

Este viernes, Trump se convirtió en el primer presidente en la historia de los Estados Unidos en participar en una «Marcha por la vida», organizada por colectivos religiosos y ultraconservadores para presionar por mantener el aborto como una práctica clandestina.

«Todos los que estamos aquí hoy comprendemos una verdad eterna: cada niño es un regalo precioso y sagrado de Dios», dijo el presidente en el National Mall de Washington ante miles de familias, estudiantes, monjas y curas, prácticamente todos blancos.

El evento es convocado todos los años desde 1973 en el aniversario del histórico caso conocido como «Row vrs. Wade», que despenalizó el aborto, solo que este año tuvo tintes electoreros: «Voto a favor de la vida primero», «Hagamos que los bebés no nacidos vuelvan a ser grandes» y “Trump-Pence por la vida”, se leía en pancartas distribuidas entre la multitud.

Mentiras y retroceso de derechos

Para agitar las aguas ya de por sí revueltas, Trump supo reforzar su discurso con críticas a la oposición: “Los demócratas abrazan posiciones radicales respecto al aborto desde hace décadas”, afirmó.

Para argumentar suposición, mencionó la legislación del estado de Nueva York diciendo falsamente que esta «permite arrancar al bebé del vientre momentos antes del nacimiento» ante el estupor de algunas mujeres que expresaron sonidos de repudio. Lo que en realidad permite la normativa de dicho estado es la posibilidad de acceder al aborto antes de la semana 24 si la vida de la madre corre peligro, y las estadísticas dicen que más del 90% de las interrupciones se practican en el primer trimestre.

“Desde el primer día en la Casa Blanca he tomado medidas para proteger a los no nacidos”, agregó, y recordó que incorporó «jueces conservadores en el Tribunal Supremo», como lo son Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.

Lo cierto es que las políticas de las que habló tienen que ver con el bloqueo y retiro de fondos federales que antes estaban destinados a la planificación familiar y acceso a los servicios de salud reproductiva a las mujeres de más bajos recursos. Cuatro días después de asumir como presidente, firmó un decreto que prohíbe a las organizaciones no gubernamentales y proveedores sanitarios utilizar fondos públicos en el extranjero para asesorías o prácticas relacionadas con el aborto.

También derogó una ley que obligaba a los empleadores a cubrir los métodos anticonceptivos a sus trabajadoras y trabajadores, y bloqueó parte de los fondos al Título X, un programa de planificación familiar financiado federalmente destinado a las mujeres de bajos ingresos

Otra de las acciones fue la creación de una oficina de libertad religiosa para manejar los casos de proveedores de salud que hagan objeción de conciencia sobre diversos asuntos médicos.