75 ANIVERSARIO

Sobrevivientes del Holocausto piden no olvidar lo sucedido en Auschwitz

Unas 200.000 personas sobrevivientes del Holocausto piden al mundo entero que no se olvide lo sucedido en el infame centro de exterminio nazi. Un sobreviviente narra en primera persona cómo fue estar en uno de los lugares en la Tierra más cercanos al infierno.

Los más de 6 millones de judíos asesinados durante el Holocausto siguen vivos en la memoria colectiva y de los más de 200.000 sobrevivientes de esta masacre perpetrada por el tercer reich de Adolf Hitler.

“Para mí Auschwitz no se liberó. Lo veo todos los días, día y noche. No sé cuántos años me quedan de vida pero, solo cuando llegue al final, entonces me libraré de Auschwitz”, dice a la agencia EFE Menajem Haberman, mientras sus ojos se van llenando de lágrimas. En su brazo izquierdo tiene tatuado el número 10111. 

Ese número es una de las tantas marcas visibles imborrables que dejó el nazismo en los judíos que fueron el blanco principal de esta suerte de campaña de «limpieza étnica».

Específicamente en el campo de concentración de Auschwitz murieron más de 1 millón de personas, entre ellas la madre y los siete hermanos de Haberman.

Foto: Pxfuel.com
Foto: Pxfuel.com

Pasar por el infierno

Para Menajem, de 92 años, es un privilegio haber alcanzado la tercera edad especialmente sabiendo que 6 millones de otras personas perdieron la vida de formas tan macabras como inimaginables.

Nacido en 1927 en la entonces Checoslovaquia relata sin tapujos y sin miramientos todos los detalles de lo que él considera el lugar en la Tierra más cercano al infierno.

Recuerda que cuando fue trasladado a Auschwitz, hacía un invernal y penetrante frío y, al llegar, le esperarían meses de trabajos forzados y una famélica alimentación a base de sopas que eran casi agua y migajas de pan añejo.

Su trabajo consistía en largas jornadas con una pesada pala con la que, sin saberlo, lanzaba cenizas de un crematorio por el que también pasó toda su familia.

Desde una residencia de adultos mayores en Jerusalén rememora su pasado entre fotos familiares y se acuerda del momento en que por fin fueron liberados: medía 1 metro con 70 centímetros y pesaba apenas 34 kilos. “Escuché a uno de los médicos que me revisaba decir que me quedaban pocos días de vida. Entonces me levanté y le dije que él se iba a caer muerto y yo sobreviviría”, recuerda hoy, a sus 92 años, de los cuales casi 70 ha vivido en Israel, donde se casó con una superviviente holandesa y tuvo tres hijos y cinco nietos.

“No sé por qué tengo el privilegio de estar hoy aquí, cuando seis millones de judíos fueron asesinados. Ni en el mejor de mis sueños soñaba seguir vivo a los 75 años” confiesa.

 

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