LIBERADAS

Las mujeres saudíes se rebelan contra la abaya, la túnica negra tradicional islámica

El año pasado, el príncipe heredero había dicho que el islam no las obliga a usar el atuendo a las mujeres. Algunas han empezado a vestir de forma más liberal.

Foto: Wikimedia Commons
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En Arabia Saudí, un reino musulmán ultraconservador y patriarcal, las mujeres deben vestir una prenda de color negro llamada abaya (conocido en otros países como burka), que les cubre casi la totalidad de su cuerpo, supuestamente por mandato del Corán.

Sin embargo, el año pasado el príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán, rompió el tabú al asegurar que el islam no impone la abaya a las mujeres.

Esas afirmaciones no fueron refrendadas con ningún decreto real pero esto no ha impedido que una ola de mujeres se rebelen del yugo opresor religioso. Algunas han empezado a colocar fotos en redes sociales o a salir a la calle con la prenda al revés o, directamente, con ropa más liberal. 

Pese al riesgo de enfrentamiento con los ultraconservadores, otras muchas dejan abierta la parte delantera de la túnica y eligen usar colores brillantes y alegres.

Foto: Pixabay
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Liberación femenina

Una intrépida mujer, Mashael al Jalud, fue mucho más lejos. Según publica AFP, días atrás esta licenciada en recursos humanos de 33 años se paseó por el centro de la capital saudí de Riad con un blusón rojo y un pantalón holgado. A su paso, varias mujeres susurraban y se reían nerviosas. Algunas creyeron que era famosa.

«¿Eres famosa?», le preguntó una chica. «¿Eres modelo?», le cuestionó otra. A Mashael le dio risa.

Esta progresista mujer es una de las pocas que han atrevido a retar al establishment machista de las culturas islámicas que mira a las mujeres como ciudadanas de segunda categoría o como objetos propiedad de sus padres y maridos.

Manahel al Otabai, de 25 años, también ha dado el paso. «Hace cuatro meses que vivo en Riad sin abaya», dijo a AFP, mientras camina con un jardinero con tirantes en la calle Tahlia, un famoso punto gastronómico de la urbe.

«Solo quiero vivir como yo quiera, libremente y sin restricciones. Nadie debería obligarme a ponerme algo que no quiero», añade.

Antes, la Policía Religiosa velaba por el cumplimiento estricto de un código de vestimenta para las mujeres y arrestaban y procesaban penalmente a las infractoras, pero al menos en Riad esto se ha relajado un poco.

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